Un mercado de capitales es un ámbito donde se venden y se compran valores negociables. De este modo, en estos espacios se negocian acciones, bonos y otros títulos y certificados.
El funcionamiento de un mercado de capitales se encuentra bajo regulación de la autoridad competente. Gracias a este control, se busca evitar que los inversionistas sean víctimas de un fraude.
Historia del mercado de capitales
El mercado de capitales como institución comenzó a gestarse en el siglo XII. En aquella época medieval, era habitual que se reunieran los comerciantes en las plazas para acordar los precios de próximos envíos de ganado y de materias primas de la agricultura. Esa negociación de futuros no se llevaba a cabo al amparo de un organismo o bajo algún mecanismo de control, sino que se concretaba de un modo informal.
Antes de avanzar, es importante mencionar que un futuro, en el terreno de la economía, es una mercancía o un valor que se acuerda entregar en un determinado plazo, pero concertando el precio en el momento en que se concuerda la operación. A medida que se expandió este tipo de negociación, se fue formalizando y así surgieron los mercados de capitales.
Se considera que la Bolsa de Valores de Ámsterdam, fundada en 1611, fue el primer mercado de capitales. Surgió para favorecer las transacciones de las acciones que había emitido la Compañía Holandesa de las Indias Orientales para el financiamiento de sus expediciones. La Bolsa de Ámsterdam brindó un lugar específico para dichos intercambios.
Ya en 1773 se creó la Bolsa de Valores de Londres, que alcanzó una gran relevancia gracias al crecimiento del Imperio británico, mientras que en 1792, en Wall Street, se estableció la Bolsa de Valores de Nueva York, de enorme trascendencia a partir del siglo XIX.
Los participantes
En un mercado de capitales participan distintos actores e instituciones que ejecutan las operaciones y se encargan de las tareas de control, asumiendo cada parte su rol correspondiente. Aunque la composición depende de cada mercado, a nivel general puede decirse que la entidad fundamental es la bolsa de valores.
Bajo esta denominación se conoce a la estructura que hace posible la concreción de las operaciones. La bolsa se encarga de registrar y controlar las transacciones, brinda información a los inversores y da fe de las cotizaciones de los títulos. Hay que considerar que el término refiere tanto a la institución financiera como al conjunto de las operaciones con títulos, así como al edificio donde se reúnen los interesados en comprar y vender valores.
Entre quienes participan en el mercado de capitales encontramos a los inversores o inversionistas y a las emisoras. Los inversores son personas físicas o jurídicas que están dispuestas a destinar recursos financieros para la compra de valores, aspirando a conseguir una ganancia en un cierto tiempo. Las emisoras en tanto, son las entidades que ofrecen obligaciones o acciones (que son partes alícuotas de su capital social) en el mercado de capitales para obtener recursos. También actúan los intermediarios financieros o corredores de bolsa, que administran carteras de inversión de terceros, vendiendo y comprando acciones en su representación.
Clasificación de los mercados de capitales
Los mercados de capitales pueden clasificarse de distinta manera según las características que se consideren. Una de las categorizaciones más habituales diferencia entre el mercado de capitales de renta variable y el mercado de capitales de renta fija.
El mercado de capitales de renta variable es aquel que se conoce coloquialmente como mercado de valores o incluso como bolsa. En él se negocian las acciones de compañías que han dividido su capital social en acciones, posibilitando que los inversionistas participen de dicho capital. Quien compra acciones espera que, gracias a la rentabilidad de la empresa, el precio de los títulos crezca con el tiempo.
Cabe destacar que este mercado de renta variable puede dividirse, a su vez, en mercado primario (la negociación de títulos de nueva creación; es decir, emitidos recientemente) y mercado secundario (se intercambio activos ya emitidos).
El mercado de renta fija, por otro lado, es también llamado mercado de crédito. Hace posible la negociación de bonos, letras y otras obligaciones que fijan la tasa de interés a pagar y permiten anticipar el beneficio que ofrecen.
Otra clasificación hace mención al mercado de derivados financieros. En este caso, se negocian activos financieros con un valor que depende del precio de otro producto (el activo subyacente).
Los índices bursátiles
Un índice bursátil es un indicador estadístico que recoge la variación promedio de las acciones de un mercado de capitales. Estos datos son tomados como referencia por los inversionistas y se considera que reflejan, al menos en parte, la situación de la economía del país o el sector al que pertenecen los títulos en cuestión.
Cuando el índice bursátil revela un crecimiento constante, se habla de mercado alcista (bull market). En el caso opuesto, se hace mención a un mercado bajista (bear market). Por otra parte, si el índice sube y baja con asiduidad se asocia esta situación a la volatilidad del mercado.
El Dow Jones Industrial Average, el NASDAQ 100 y el S&P 500 están entre los indicadores más importantes de Estados Unidos. A nivel europeo se destacan el FTSE 1000, el DAX 30, el CAC 40 y el IBEX 35, mientras que en el resto del mundo también sobresalen índices bursátiles como el Bovespa y el Nikkei 225.