El pueblo maya fue uno de los más importantes de Mesoamérica.
Existen varias nociones vinculadas a América que suelen dar lugar a confusiones, como Iberoamérica o Hispanoamérica. Se trata de términos que aluden a características específicas para establecer regiones o divisiones en el interior del continente.
TemasMéxico y Centroamérica
En esta oportunidad vamos a enfocarnos en Mesoamérica. Esta denominación permite referirse a las zonas de México y de Centroamérica donde se desarrollaron las culturas prehispánicas más importantes.
El concepto de Mesoamérica, por lo tanto, combina rasgos geográficos, históricos y culturales. Es importante tener en cuenta que no es un sinónimo de Centroamérica (o América Central), que solo hace mención a la geografía.
Se suele afirmar que Mesoamérica incluye la parte sur de México; la totalidad de Belice, El Salvador y Guatemala; y el sector occidental de Costa Rica, Nicaragua y Honduras. En la etapa precolombina (es decir, antes de la llegada de Cristóbal Colón a América), este amplio territorio albergó grandes civilizaciones, como los pueblos mayas y aztecas (mexicas).
Impacto en diversos ámbitos
Mesoamérica se caracterizó por la actividad agrícola con cultivos de maíz, cacao y otras especies; la domesticación del perro; y la implementación de un calendario civil y otro ritual. Sus sociedades estaban organizadas de acuerdo a la relevancia y al rol de distintos grupos, mientras que su religión se basaba en el politeísmo.
El aprovechamiento del agua, el uso de un sistema de numeración, los sacrificios humanos y el juego de pelota son otros rasgos que se identifican en las culturas de Mesoamérica, donde se suele distinguir entre el periodo preclásico, el periodo clásico, el periodo epiclásico y el periodo posclásico.
Escritura de Mesoamérica
Los diversos pueblos que pertenecieron a Mesoamérica a lo largo de la época anterior a la colonización desarrollaron diferentes sistemas de escritura, que al día de hoy se pueden englobar en esta región pero también se estudian por separado. Gracias a ellos fueron capaces de dejar registros de los hechos más significativos de su desarrollo. Es importante señalar que esto se dio de forma independiente, así como ocurrió en China y Mesopotamia.
Si bien no podemos estar seguros de conocer todos estos sistemas de escritura, en la actualidad son varios los que han sido rescatados y descifrados, aunque más no sea de manera parcial. En todos ellos se puede apreciar una combinación de logogramas (unidades que representan en sí mismas una palabra, un morfema o un lexema) con elementos de tipo silábico. Nótese que no entran en la categoría de la escritura jeroglífica. Hasta el momento existen registros de menos de diez sistemas de escritura mesoamericanos, aunque no es posible precisar las épocas exactas en las que se usó cada uno, de forma que tampoco se puede saber cuál de ellos fue el primero y, por lo tanto, influyó en el desarrollo de los otros.
Los sistemas de escritura mesoamericanos no son jeroglíficos.
De todos modos, destaca el maya del período Clásico, que es el que más se conoce. Entre los demás tenemos el olmeca, el zapoteca, el de la cultura de Izapa, el ñuiñe y el mixteca. Dado que algunas tradiciones orales fueron transcritas usando el alfabeto latino a lo largo de la Conquista, algunos fragmentos han sobrevivido el paso del tiempo. El Popol Vuh, perteneciente al pueblo Quinché, entre otros, se mantiene en la lengua de los indígenas, un tesoro para conocer sus sonidos y su estructura.
Otro ejemplo de transcripción en la lengua original se aprecia en la obra Historia general de las cosas de Nueva España, que también se conoce como Códice Laurentino o Florentino. Su escritura, traducción, edición y supervisión estuvo a cargo de Bernardino de Sahagún, un franciscano de origen español. Lamentablemente, muchos escritos indígenas fueron destruidos.
