En el griego es donde podemos establecer que se encuentra el origen etimológico del término metalurgia que ahora nos ocupa. En concreto, podemos exponer que procede de la suma de tres componentes léxicos de esa lengua:
-El sustantivo «metallon», que puede traducirse como «galería de una mina».
-La palabra «ergon», que es sinónimo de «trabajo».
-El sufijo «-ia», que se usa para indicar «cualidad».
La metalurgia es el conjunto de los conocimientos, las técnicas y los procedimientos que permiten la extracción y el tratamiento de metales partiendo de minerales. El término también permite referirse a la industria que se dedica a esta actividad.
Puede decirse que la metalurgia combina arte, ciencia y tecnología para la obtención de metales que pueden ser aprovechados de múltiples maneras. La labor metalúrgica debe preservar el medio ambiente y, a su vez, tiene que resultar sustentable desde el punto de vista económico.
Los orígenes de la metalurgia son remotos. En el Neolítico, el hombre prehistórico ya recogía plata, oro y cobre que encontraba en estado natural. A través de golpes, generaba láminas que luego usaba. Con los años, se descubrió la fundición en hornos y los metales fundidos empezaron a moldearse.
Los experimentos con aleaciones permitieron un nuevo avance de la metalurgia y la evolución de la humanidad. Estos trabajos derivaron en la creación de todo tipo de herramientas, instrumentos, armas y adornos.
Es posible diferenciar entre varios procesos que se llevan a cabo en el marco de la metalurgia. La primera tarea consiste en obtener el metal a partir del mineral, una acción que puede lograrse a través de operaciones químicas (como la oxidación, la lixiviación y la hidrólisis) o físicas (molienda, decantado, centrifugado, destilación, etc.).
La producción de aleaciones y la purificación para quitar impurezas son otros procesos ejecutados por la metalurgia, que está considerada como uno de los sectores más importantes y dinámicos de la economía a nivel mundial.
Es importante conocer que dentro de la metalurgia existen distintas ramas. Entre las más significativas se encuentra la metalurgia extractiva. Esta es la que se encarga de estudiar los métodos químicos que deben llevarse a cabo para conseguir que las menas minerales, con el correspondiente proceso, permitan obtener metales con distintos grados de pureza.
Esas operaciones que se realizan dentro de esta citada rama pueden ser de dos tipos: las de vía seca y las de vía húmeda. Ambas se llevan a cabo con elementos tales como el hierro, el cobre, el zinc, el aluminio, el acero o el níquel, por ejemplo.
En ocasiones, suelen confundirse metalurgia y siderurgia. No obstante, son cosas diferentes. Así, podemos establecer que esa última viene a ser la metalurgia que se encuentra especializada en el acero, el hierro y sus correspondientes fundiciones.
La siderurgia tenemos que indicar, además, que tiene aplicaciones muy variadas. En concreto, está presente tanto en la industria automovilística como en la fabricación de envases de bebidas e incluso en el sector de la construcción (estructuras, fachadas, cubiertas, hormigón armado…).