Un mineral es una materia inorgánica: carece de órganos para la vida. Puede encontrarse en las distintas capas de la corteza de la Tierra o incluso en la superficie.
A diferencia de los animales, las plantas, los hongos y el resto de los seres vivos, los minerales no tienen vida. Esto quiere decir que estas sustancias, aunque son de origen natural, no nacen ni se mueren; tampoco se reproducen.
Existen más de 5000 clases de minerales y cada año se descubren varias decenas más. Aunque los rasgos distintivos de los minerales suelen ser debatidos, por lo general se considera que estos elementos deben poder representarse mediante una fórmula química y tienen que resultar estables a temperatura ambiente (por lo cual deben ser sólidos, aunque hay excepciones). Las características físicas de los minerales, por otra parte, son homogéneas.
Muchas veces se confunden los minerales con las rocas. Una roca es un material que puede estar formado por un mineral o por una combinación de ellos. Por eso su composición química es variable, a diferencia de lo que ocurre con los minerales.
El lustre, la dureza y la tenacidad son algunas de las propiedades de los minerales. De acuerdo a sus cualidades, cada mineral tiene una mayor o una menor importancia para el ser humano según el aprovechamiento que se le dé.
Los minerales industriales son aquellos que el hombre explota a gran escala, recurriendo a la minería para su extracción y tratamiento. El cobre, el hierro, la bauxita y el diamante, entre muchos otros, se usan en múltiples ámbitos y contextos.
Se estima que la tercera parte de la población mundial tiene un déficit de minerales y vitaminas. Esto puede dar lugar a un gran número de enfermedades de tipo infeccioso, y en gran parte se debe a una alimentación incorrecta. En primer lugar, debemos señalar que todos los minerales son necesarios, aunque de algunos necesitamos más que de otros. A continuación repasamos los más importantes par nuestra salud:
* silicio: juega un rol de gran importancia en la formación, el refuerzo y la elasticidad del tejido conjuntivo, en especial la piel, las uñas y el cabello. Por otro lado, también colabora en la fijación del calcio en los huesos y los dientes, además de calmar los problemas digestivos;
* calcio: es el mineral que más abunda en nuestro organismo y posee muchas funciones, entre las que destacan el fortalecimiento de los huesos y los dientes y la intervención en la contracción muscular y en la coagulación de la sangre en caso de herida;
* magnesio: es uno de los minerales esenciales. Colabora en la formación de proteínas, en la liberación energética, en la regulación de la temperatura del cuerpo y en la estabilización de los huesos. Como si esto fuera poco, es uno de los agentes que mantiene la presión arterial entre los valores considerados saludables;
* hierro: lo necesitamos para vivir porque es parte de los glóbulos rojos que transportan el oxígeno a las células. También interviene en la obtención de ciertas enzimas que atacan las infecciones y de la vitamina A, entre otras sustancias;
* potasio: colabora en la regulación de otros minerales y de los líquidos en el interior y exterior de las células, además de regular la presión arterial y los impulsos nerviosos. No consumir suficiente potasio puede dar lugar a la pérdida de apetito, a casos de debilidad y a calambres;
* zinc: su presencia en nuestro organismo es fundamental para que varios centenares de enzimas funcionen de forma correcta. Otros de sus beneficios se perciben en la cicatrización de heridas, la agudización del olfato y el gusto y el funcionamiento del sistema inmune.