Del latín molluscus («blando»), un molusco es un metazoo con tegumentos blandos, que puede aparecer desnudo o recubierto por una concha. Presenta simetría bilateral y, de adulto, un cuerpo no segmentado.
Los moluscos son invertebrados protóstomos celomados y forman uno de los filos más amplios del reino animal. Se trata de los invertebrados más numerosos detrás de los artrópodos, incluyendo a especies como los pulpos, las babosas, los calamares, los mejillones y las almejas. En total, los científicos estiman que existen unas 100.000 especies vivientes.
Características de los moluscos
Gracias a sus características fisiológicas, los moluscos pueden vivir en una gran variedad de ambientes. De esta manera, pueden hallarse individuos de este grupo a más de 3.000 metros sobre el nivel del mar y también en profundidades oceánicas de más de 5.000 metros.
Algunas de las particularidades de los moluscos que los diferencian del resto de los animales son la presencia de un órgano de alimentación conocido como rádula, que está formado por dientes quitinosos curvos; el desarrollo de un pie muscular; y la existencia de una concha calcárea secretada por el manto (aunque, en ciertas especies, puede estar ausente).
El pie muscular demuestra la gran capacidad evolutiva de los moluscos. En principio, era reptante, similar al de los gasterópodos. Con el tiempo, pudo diversificarse en un pie excavador (en los bivalvos), un pie nadador (en los gasterópodos pelágicos) o hasta un pie escindido en tentáculos (en los cefalópodos).
Su reproducción
Cabe destacar que, en cuanto a la reproducción, los moluscos pueden ser unisexuados (los bivalvos) o hermafroditas (caracoles), con capacidad, incluso, de autofecundación en algunos casos.
Algunos vienen provistos de sexos separados y la fecundación tiene lugar de forma externa, en el agua; existen algunas especies en las que la fecundación se da de forma interna; y en el caso de los hermafroditas, vienen dotados de ambos sexos y pueden realizar la fecundación sin necesidad de que exista otro individuo, es el caso de los caracoles.
Primeros moluscos y evolución
Los primeros fósiles de moluscos que se han encontrado proceden del período cámbrico, es decir hace alrededor de 600 millones de años. De hecho uno de los organismos de mayor tamaño encontrados en este período, fue el anomalocaris, un molusco cuyo nombre significa «extraño camarón» y medía unos 60 cm de largo, tenía el cuerpo en forma de manta , un par de ojos grandes y de brazos terminados en pinza.
Si intentamos describir a grandes rasgos las similitudes compartidas por la gran parte de los moluscos podremos decir que poseen una cabeza con una boca (en algunos casos dotada de lengua y mínimos dientecitos con los que puede roer) y ganglios cerebrales; una membrana que recibe el nombre de manto y que recubre y protege sus órganos internos (masa visceral); tienen un único pie que les permite trasladarse a través del agua o la tierra, dependiendo de cuál sea su hábitat.
Funciones y hábitat
En lo que respecta a su funcionalidad interna, están provistos de un aparato digestivo (con una boca, un ano y una glándula disgestiva que se conoco como hepatopáncrear), aparato respiratorio (los moluscos terrestres poseen pulmones y los acuáticos, branquias, que les permiten respirar en sus respectivos ambientes), aparato circulatorio (compuesto por un corazón y vasos sanguíneos), aparato excretor (con un riñón o nefridio) y un sistema nervioso (de tipo ganglionar, lo que significa que sus neuronas son ganglios. Cabe mencionar que tienen muy desarrollados sus sentidos).
De acuerdo a sus diversos hábitats también varía el tipo de alimentación. Los moluscos terrestres son herbívoros, entre ellos podemos encontrar especies de caracoles y babosas de diferentes tipos. Los marinos pueden presentar tipos de nutrición sumamente variada. Las almejas y los mejillones, por ejemplo se alimentan filtrando plancton, los caracoles marinos se alimentan de algas y los calamares y otros moluscos son depredadores, o sea carnívoros.