Un organismo heterótrofo es aquel que se nutre de otros organismos para obtener la materia orgánica ya sintetizada porque no cuenta con un sistema de producción de alimentos independiente. Esto quiere decir que la obtención de energía, nitrógeno y carbono la logra a partir de alimentarse de otros seres vivos.
Para entender con precisión el concepto de organismo heterótrofo es necesario establecer el significado de los dos términos que lo componen.
Un organismo, a nivel biológico, es el conjunto de órganos que interactúan de acuerdo a las leyes de la naturaleza. De manera extensiva a este significado, organismo puede usarse como sinónimo de ser vivo.
Heterótrofo, por su parte, es un adjetivo que se aplica al ser vivo que no puede tomar una sustancia inorgánica y crear materia orgánica para sí mismo, lo que lo obliga a alimentarse de otros seres vivientes.
Características de los organismos heterótrofos
Todos los animales y los hongos forman parte del conjunto de los organismos heterótrofos. Esta característica de su nutrición hace que los heterótrofos dependan siempre de otro ser vivo para su subsistencia, ya que obtienen su energía a partir de una fuente exterior de materia orgánica.
La mayoría de los organismos heterótrofos son quimiorganotrofos y usan la energía que extraen de manera directa de las sustancias orgánicas. Unos pocos organismos heterótrofos forman parte del subconjunto de los fotoorganotrofos, que consiguen fijar la energía procedente de la luz.
Los seres autótrofos
Si el organismo, en cambio, está en condiciones de generar su alimento mediante una sustancia inorgánica, se lo califica como autótrofo. Un ejemplo de organismo autótrofo son las plantas, que producen la energía que necesitan al estar en contacto con la luz y combinando ésta con el dióxido de carbono del aire y los minerales del suelo son capaces de producir su propia energía.
En la cadena alimentaria, muchos organismos heterótrofos (como una vaca) se alimentan de organismos autótrofos (la alfalfa). No obstante, muchas veces puede ocurrir que un organismo heterótrofo (como un león) se alimente de otro organismo de iguales características (como una cebra).
Los hongos, organismos heterótrofos de variadas características
Generalmente, cuando se habla de organismos heterótrofos, se menciona a los animales, siendo sencillo de comprender porque es una de las características que nos diferencian claramente de las plantas. No obstante, dentro de este grupo también se halla el grupo de los fungis; los hongos.
A diferencia de las plantas, los hongos no tienen clorofila, por lo que no pueden desarrollar su propio alimento a partir de la energía de la luz y las sustancias del suelo (fotosíntesis). Por esta razón se ubican dentro de la clasificación de organismos heterótrofos.
Clasificación según el tipo
Existen dentro del mundo de los hongos heterótrofos varias clasificaciones:
- Los saprobios o saprófitos se alimentan de materia orgánica muerta, tanto de origen animal como vegetal. Dentro de este grupo están los saprobios obligados, que pueden alimentarse únicamente de esta forma: y los saprobios facultativos, que pueden variar su alimentación dependiendo de las posibilidades del medio.
- Los parásitos se alimentan del tejido vivo de otros seres vivientes. Se instalan en la corteza de las plantas y dañan sus tejidos. Su acción provoca podredumbre en los ejemplares, causándoles graves consecuencias. Algunos de estos hongos pueden atacar también a los animales.
- Los simbiontes se unen a otros seres vivos y establecen un lazo en el que cada uno obtiene un beneficio. Se trata de una relación asociativa que se da, por ejemplo, entre un hongo y un alga: el hongo extrae nutrientes de ella y le brinda protección frente a posibles enemigos. En algunos casos, incluso pueden desarrollar formas combinadas de reproducción.
Dicho todo esto y teniendo en cuenta las muchas diferencias que presenta un hongo frente a un animal que puede desplazarse, podemos decir que, dentro de la variedad de organismos heterótrofos, hay especies absolutamente diferentes entre sí pero que comparten una particularidad: una alimentación basada en la obtención de energía que otros organismos han sintetizado.
Ejemplos de organismos heterótrofos
El lobo es un ejemplo de organismo heterótrofo. De nombre científico Canis lupus, se trata de un carnívoro depredador de cabras, ovejas, ciervos y otros animales.
Otro ejemplo de organismo heterótrofo es el caballo. Este animal, científicamente mencionado como Equus ferues caballus, es un herbívoro que se alimenta de hierba. Los cerdos, en tanto, son organismos heterótrofos que se califican como omnívoros ya que realizan la ingestión de plantas y animales.
El ser humano también es un organismo heterótrofo. Suele ser motivo de debate entre los científicos si somos, por naturaleza, carnívoros, herbívoros u omnívoros. El metabolismo humano, en la actualidad, está preparado para la digestión de diferentes tipos de alimenetos, pudiendo realizar la absorción de aminoácidos, proteínas, carbohidratos y otras moléculas necesarias para la subsistencia.
Es importante destacar que los organismos heterótrofos, al depender de otros seres para conseguir materia orgánica sintetizada, dependen del ecosistema para sobrevivir. Si hay cambios en la biodiversidad, las cadenas alimenticias también pueden alterarse, se modifican los flujos de energía y la vida queda bajo amenaza. Por eso es clave reducir el impacto humano en la naturaleza y realizar una adecuada gestión ambiental para lograr la conservación del hábitat y evitar la extinción de especies.