La originalidad es la condición de original. El término original, por su parte, tiene varios usos: en este caso, nos interesa su acepción como aquello que surge de la creatividad de su autor y que resulta innovador o es diferente de lo que ya se conocía.
Puede decirse que la originalidad es una cualidad valorada en un trabajo artístico o en un producto. Cuando algo tiene originalidad, se destaca por su singularidad.
Qué es la originalidad
La originalidad es el factor que hace que una obra se distinga como una novedad. De este modo, se considera que dicha creación es una innovación por tratarse de un elemento sin precedentes, fuera de lo común o que presenta un nuevo enfoque.
Es importante indicar que la noción puede referirse tanto a una obra como a un individuo. A las personas que muestran una capacidad o un talento especial para producir cosas únicas y desconocidas se les elogia su originalidad.
Puede simplificarse señalando que los sujetos originales suelen generar productos originales, o que los bienes originales son producidos por hombres o mujeres originales. Por supuesto, no siempre es así: un músico puede haberse destacado por su originalidad durante muchos años hasta que, llegado un cierto momento, sus canciones se volvieron repetitivas o convencionales. El artista audaz y visionario, por lo tanto, evidenció un cambio en su capacidad de creación o en su evolución creativa.
Algunos ejemplos
Podemos encontrar ejemplos de originalidad en todas las disciplinas del arte. Si nos centramos en la literatura, es habitual que se destaque a «Rayuela» como un libro experimental y revolucionario.
Esta novela que el argentino Julio Cortázar (1914–1984) publicó en 1963 tiene 155 capítulos y puede leerse de distintas maneras: desde el comienzo hasta el final de forma secuencial; del capítulo 1 al 56; en un orden sugerido por Cortázar que lleva a alternar y saltar capítulos; o directamente como el lector quiere. Esta propuesta no convencional hizo que muchos críticos consideren a Cortázar como un genio.
En las artes plásticas, diversos especialistas subrayan la originalidad del estadounidense Andy Warhol (1928–1987). Impulsor del pop art, combinó pintura, dibujo a mano, serigrafía, grabado y otras técnicas a lo largo de su carrera.
Mucho más atrás en el tiempo, el austríaco Wolfgang Amadeus Mozart (1756–1791) brilló por su originalidad. Se suele expresar que Mozart, autor de más de 600 composiciones, es el padre de diferentes géneros que se enmarcan en la llamada música clásica.
La importancia de la originalidad en el ámbito corporativo
La originalidad no solo es importante en el arte: también es muy relevante en el terreno de las empresas. Una invención puede convertirse en un gran negocio y en un rasgo distintivo de una compañía.
El sistema operativo Windows, por mencionar un caso, alcanzó un éxito impresionante al introducir las ventanas en la interfaz gráfica de usuario de computadora. Esta innovación le permitió a Microsoft (la empresa desarrolladora) conseguir ingresos millonarios.
Apple, otra firma tecnológica, alcanzó un amplio reconocimiento con creaciones como la computadora Mac, el reproductor de audio iPod y el teléfono iPhone. Gracias a estos productos, el fundador de Apple, Steve Jobs (1955–2011), es habitualmente mencionado como un genio de espíritu innovador.
La autenticidad
Otro modo de entender la originalidad es asociando la idea con la autenticidad. En este sentido, un cuadro original o auténtico es el que fue pintado por su creador y no se trata de una copia ni de una falsificación.
La originalidad de este tipo fue muchas veces analizada desde la filosofía. Para el alemán Walter Benjamin (1892–1940), la unicidad de una obra artística está dada por su aura, a su vez enlazada con su propio espacio y tiempo. Esto supone que una pintura puede ser copiada de manera exacta gracias a medios técnicos, pero no hay forma de reproducir su aura (su esencia). Eso le da al trabajo original una propiedad inimitable.
Esa autenticidad también es clave en los productos que se comercializan bajo una determinada marca comercial. El artículo original tiene un precio mucho más alto que una copia ilegal (pirata), incluso cuando las características materiales o técnicas de ambos sean similares. Esto se debe a que la marca es un valor intangible en sí mismo, que puede conferir un cierto estatus.
La originalidad de los pioneros
Los pioneros que abren un nuevo camino gracias a su originalidad propician el avance de la sociedad. Su genialidad resulta inspiradora, promoviendo el trabajo creativo de la comunidad.
Figuras históricas como John Lennon, Salvador Dalí y Edgar Allan Poe, por nombrar a algunos exponentes de distintas artes, pudieron dejar una huella y hoy, mucho tiempo después, millones de personas sueñan con seguir sus pasos.
Hay que decir, no obstante, que copiar o imitar no suele ser saludable en el terreno artístico. La experimentación, en este marco, es una de las herramientas que pueden derivar en el surgimiento de algo original. Hay personas autodidactas que, apostando por la espontaneidad y la improvisación, llegan a trazar un nuevo rumbo.
En otros casos, la originalidad se apoya en el estudio y la constancia. Un músico con muchos años de aprendizaje y práctica cuenta con una base muy importante para desarrollar su creatividad con libertad.