Antes de proceder a determinar el significado de la palabra orografía, se hace necesario dejar claro su origen etimológico. En este sentido, tendríamos que exponer que se trata de un vocablo que procede del griego, ya que se encuentra conformado por tres elementos de dicha lengua:
• El sustantivo «oros», que puede traducirse como «montaña».
• El verbo «graphein», que es sinónimo de «grabar».
• El sufijo «-ia», que sirve para indicar «cualidad».
Qué es la orografía
La orografía es la parte de la geografía física que se dedica a la descripción de montañas. A través de sus representaciones cartográficas (mapas), es posible visualizar y estudiar el relieve de una región.
Los estudios orográficos son importantes en el planeamiento de diversas obras de infraestructura. A la hora de extender las vías del ferrocarril o de trazar una nueva carretera, resulta indispensable conocer las características orográficas del terreno para adaptarse a las subidas, pendientes, etc.
La agricultura y la minería también apelan a la orografía, ya que el análisis del relieve ayuda a conocer las características del suelo y del subsuelo. Para un correcto uso de estos recursos, por lo tanto, se necesita del trabajo orográfico.
Existen diversos organismos en los distintos países que se encargan de dar a conocer todos los datos relativos a la orografía de un lugar concreto. Así, por ejemplo, en España la entidad que tiene asignada esta labor es el Atlas Nacional de España que otorga información acerca de las principales cumbres montañosas, tanto actuales como registros de tipo histórico.
Un conjunto de elevaciones
La noción de orografía se utiliza, por otra parte, para nombrar al conjunto de las elevaciones que existen en una región en particular. Por ejemplo: «La orografía de Nepal es muy importante», «Vivimos en una ciudad de una orografía pobre, casi sin ondulaciones», «Si quieres practicar montañismo, tienes que conocer la orografía del destino que visites», «Cuando me hablaron de la orografía de este país, nunca pensé en encontrarme con un paisaje tan magnífico».
Puede decirse que la orografía incide en el clima de cada territorio. Las montañas influyen en las precipitaciones ya que el movimiento ascendente del aire (inevitable cuando se topa contra el obstáculo orográfico que supone la montaña) genera una condensación. Esta misma característica hace que se registre una mayor nubosidad. Los picos de las montañas, por otra parte, también aceleran la velocidad de los vientos.
En este sentido, podemos decir, por tanto, que la orografía influye tanto en lo que sería la cantidad de precipitaciones como en la nubosidad e incluso en las rachas de viento que se pueden llegar a registrar en un lugar concreto. En este último aspecto, hay que subrayar que incluso podemos decir que existen dos tipos de laderas en función de él: las laderas de sotavento, que son las que se encuentran a espaldas de los vientos que dominan, y las de barlovento, que son aquellas pertenecientes a cordilleras o montañas sobre las que inciden directamente los mencionados vientos.
Una curiosidad al respecto es que en el lugar del mundo donde se han registrado vientos más rápidos es en el Monte de Washington (Nueva Inglaterra), en concreto de hasta 372 kilómetros por hora.