El primer paso que vamos a proceder a dar antes de descubrir el significado del término paleobotánica es conocer su origen etimológico. En este caso, tenemos que establecer que se trata de un neologismo que se ha formado a partir de la unión de tres componentes léxicos del griego:
-El vocablo “palaiós”, que puede traducirse como “tiempo atrás”.
-El sustantivo “botáne”, que es sinónimo de “hierba”.
-El sufijo “iké”, que se usa para darle forma a sustantivos dentro de las distintas áreas de estudio.
Asimismo, tenemos que establecer que este citado término apareció por primera vez en el siglo XIX, concretamente en el año 1872.
Se llama paleobotánica a la disciplina científica que se dedica al análisis de los restos de las plantas que estuvieron vivas en la antigüedad. Los fósiles constituyen su material de estudio más importante.
Cuando, con el paso del tiempo, una materia vegetal atraviesa un proceso de fosilización, se petrifica. Habitualmente sus partes de mayor dureza se conservan en buenas condiciones, mientras que las zonas más blandas no suelen mantenerse. La paleobotánica trabaja con estos elementos para generar conocimientos sobre los ejemplares investigados.
En concreto, es importante saber que la paleobotánica tiene como objeto de estudio fósiles vegetales de diferentes tipos, entre los que se encuentran los siguientes:
-Los moldes y contramoldes.
-Las impresiones y compresiones.
-Las permineralizaciones.
-La carbonización.
-Las llamadas esporas fósiles.
-El copal y el ámbar.
Así como a la paleoantropología (que se orienta al estudio de fósiles para conocer la evolución del ser humano) se la menciona como paleontología humana, a la paleobotánica se la suele denominar paleontología vegetal. Los expertos en esta ciencia -es decir, los paleobotánicos– examinan desde las semillas hasta los frutos, pasando por las flores, las hojas, los tallos y el resto de las partes de una planta.
Es importante tener en cuenta que la flora que tenemos en la actualidad es una consecuencia de múltiples sucesos que se produjeron en el pasado. Esa evolución es explorada por la paleobotánica, que también debe prestar atención al desarrollo geológico, a los cambios del clima y a otras cuestiones que inciden en el proceso evolutivo de las plantas.
La paleobotánica realiza estudios de distinta índole. Puede centrarse en la taxonomía, la anatomía, la morfología y la fitogeografía, por mencionar algunas posibilidades. También apunta a la clasificación de las especies. Su objetivo, a nivel general, es la integración de estos conocimientos para reconstruir la evolución de todos los vegetales.
En España hay que establecer que existe una importante e interesante colección de Paleobotánica en el Museo Nacional de Ciencias Naturales que se sitúa en Madrid. Entre las piezas más relevantes de la misma pueden destacarse las siguientes:
-El Quercus del Mioceno superior de La Cerdanya, de Lérida.
-Estramatolito del Precámbico de Bolivia.
-Annularia del Pérmico inferior de Guadalajara.
-Sigillaria del Carbonífero superior de León.
-La rama de secuoya del Mioceno inferior de Rubielos de Mora (Teruel)
-El Pteridosperma del Carbonífero de León.
Estos son solo unos ejemplos de los más de 20.000 ejemplares que recoge esa citada colección. Esta es importante saber que viene a abarcar lo que son todas las edades geológicas.