Peritonitis es una condición médica que refiere a una hinchazón que se produce en el peritoneo, una membrana que recubre diversas vísceras del abdomen. Este trastorno, que también se conoce con el nombre de abdomen agudo, puede provocar el fallecimiento del paciente si no es tratado a tiempo.
La inflamación del peritoneo puede desarrollarse en un lugar específico o de manera general en toda la membrana. La peritonitis se origina por diversos motivos, desde un traumatismo hasta una infección, pasando por una complicación derivada de la apendicitis. Lo que concretamente causa la hinchazón es la acumulación en el abdomen de sangre, pus u otros fluidos.
Síntomas de la peritonitis
El síntoma principal de la peritonitis es un fuerte y súbito dolor en el abdomen que se potencia si la persona mueve dicha zona. Otros síntomas que pueden aparecer son los siguientes:
- El aumento de la temperatura corporal (fiebre).
- Vómitos y taquicardia.
- Escalofríos.
- Evacuación insuficiente o nula de heces, o gases.
- Exceso de cansancio físico.
- Orinar menos de lo normal.
- Dificultad para respirar.
- Firmeza excesiva del tejido abdominal.
- Demasiada sensibilidad en la zona afectada.
Diagnóstico y tratamiento
Ante un dolor muy fuerte en el abdomen, por lo tanto, debemos acudir a un médico, quien se encargará de realizar un examen inicial, que consiste en palpar la zona para detectar la inflamación. También es posible que ordene una tomografía, una radiografía y exámenes de sangre para confirmar el diagnóstico. Cabe señalar que el dolor suele ser tan fuerte que lo normal es que los pacientes de peritonitis se contraigan y se retuerzan, además de resistirse cuando el médico intenta tocar la zona afectada.
El tratamiento de la peritonitis por lo general incluye una intervención quirúrgica y el suministro de antibióticos. El médico buscará drenar los fluidos que provocan la inflamación y, a través de los fármacos, eliminar la infección (si es que ésta se ha producido). Si la peritonitis no recibe el tratamiento adecuado, puede derivar en un cuadro de deshidratación y provocar el mal funcionamiento de diversos órganos, algo que es potencialmente letal.
Peritonitis espontánea
La peritonitis espontánea tiene lugar cuando se inflama el peritoneo y generalmente aparece a causa de una acumulación de líquido en el espacio que hay entre dicha membrana y los órganos abdominales (condición que se conoce como ascitis) y su posterior infección. La ascitis, por su parte, suele aparecer a raíz de una enfermedad avanzada del hígado (que puede estar relacionada con el alcoholismo, la cirrosis o la hepatitis viral crónica) o de los riñones (puede darse en pacientes que reciben diálisis peritoneal para tratar una insuficiencia renal).
Los síntomas son equivalentes a los expuestos anteriormente, con el agregado del dolor en las articulaciones. Entre las pruebas se encuentran el conteo de glóbulos blancos del líquido infectado y una ecografía o una tomografía computarizada de la zona abdominal.
El tratamiento de la peritonitis espontánea está ligado a su causa:
- Cirugía para los casos originados por cuerpos extraños, como los catéteres usados en diálisis.
- Antibióticos, si el origen de la peritonitis es una enfermedad.
- Terapia intravenosa para combatir la deshidratación.
Trastorno de tipo secundario
La peritonitis secundaria ocurre cuando se inflama el propio tejido a causa de otra afección (por lo general, otra infección proveniente del tubo digestivo). Cuando existe un orificio en el apéndice, por ejemplo, o en el colon, o una úlcera en el estómago, puede tener lugar una salida de bacterias que alcancen el peritoneo y provoquen esta condición. Lo mismo puede ocurrir a causa de una herida tal como un balazo o una puñalada.
La sed y la disminución del apetito se suman a los síntomas antes mencionados. Con respecto a las pruebas, se agregan el análisis de orina y los controles de función renal y hepática. La cirugía suele ser el tratamiento más frecuente, dado que se la peritonitis secundaria es una afección muy seria. La salud general del paciente y el tiempo que transcurra antes de acudir a un médico son claves para la recuperación.