Peste es un término que deriva del latín pestis y que refiere a una enfermedad de gravedad que puede contagiarse entre afectados y que tiene un alto índice de mortalidad. Una bacteria denominada Yersinia pestis es la responsable de causar este mal que incide sobre el ser humano y sobre los animales.
Suele decirse que la peste es la enfermedad de tipo infeccioso que más muertes ha causado a lo largo de la historia. Para comprender su alcance, podemos recordar la pandemia que se desarrolló en el siglo XIV en el continente europeo y que se conoció como peste negra: las cifras hablan de más de 25 millones de víctimas fatales. Se cree que la magnitud de la pandemia se debió a una variedad de la mencionada bacteria.
Tipos de peste
De acuerdo al tipo de infección y a las características de la enfermedad, puede distinguirse entre diferentes clases de pestes. La peste bubónica es la más difundida: se produce cuando un individuo es picado por una pulga que, a su vez, se alojaba en un roedor que tenía la infección. Otra posibilidad es que la persona entre en contacto con un material contaminado por el bacilo. Fiebre alta, ganglios inflamados y cefalea son algunos de los síntomas de la peste bubónica.
Si la bacteria ataca los pulmones, estamos ante un caso de peste pulmonar. La infección, en estos casos, puede expandirse mediante el aire y su inhalación. Pequeñas gotas de saliva de una persona infectada pueden ser suficientes para que ésta contagie su enfermedad.
La muerte negra
La peste o muerte negra dejó una huella imborrable en el siglo XIV, llegando al punto más devastador entre los años 1347 y 1353. Además de los 25 millones de seres humanos que murieron en Europa, como se menciona en un párrafo anterior, se estima que el número de víctimas en el continente asiático rondó los 50 millones.
Los estudios realizados en la actualidad indican, de hecho, que la peste negra comenzó en Asia y fue a través de las rutas comerciales que se extendió a Europa. Los marinos la llevaron sin saberlo a Mesina, una ciudad al sur de Italia, y así comenzó la segunda fase del ataque de esta devastadora pandemia. Cabe mencionar que si bien ciertas zonas perdieron a todos sus habitantes, otras no se vieron afectadas en absoluto por la peste, o bien la sufrieron ligeramente.
Para citar algunos de los datos específicos: de la ciudad italiana de Florencia sólo pudo salvarse el 20% de la población; en el territorio que actualmente pertenece a Alemania, la historia cuenta que las bajas equivalieron al 10% de sus habitantes, con la mayoría de muertes en las ciudades de Bremen, Hamburgo y Colonia, y la minoría en el este.
A nivel social, la peste negra tuvo consecuencias muy graves. Por ejemplo, los judíos fueron acusados de haber causado la pandemia a través del envenenamiento de pozos (la contaminación de las redes de agua potable causada deliberadamente para dañar a terceros) y de la intoxicación de alimentos. Esto dio lugar a pogromos judíos en varias partes del continente europeo, que acabó con muchas de sus comunidades de manera tan injusta como atroz.
La peste como algo dañino o desagradable
Cabe destacar que el concepto de peste también se emplea para nombrar a cualquier tipo de enfermedad (“No me siento bien, debo tener alguna peste”), a algo desagradable o de escasa calidad (“Eso es una peste, aléjalo de mí”), a aquello que puede causar problemas o perjuicios (“El alcoholismo es una peste para este pueblo”) y a lo que se encuentra en gran número (“La peste adolescente invadió los centros comerciales en las vacaciones de invierno”).
Asimismo existe una locución verbal coloquial que también utiliza el término: se trata de “decir pestes de alguien”. Con ella lo que se intenta expresar es que un individuo se encuentra hablando fatal de otra persona criticando su actitud, su manera de ser o su forma de comportarse.
El término en la literatura
Dentro del ámbito de la literatura nos topamos con obras que giran en torno a la peste o que la utilizan en sus títulos.
Así, por ejemplo, nos encontramos con el libro “Cuentos de la peste”. Se trata de una obra de teatro realizada por el magistral Mario Vargas Llosa que cuenta cómo varios jóvenes se encuentran encerrados en una mansión a las afueras de la ciudad, que está siendo asolada por la peste. Un encierro que aprovecharán para contarse todo tipo de historias, que hablan del amor, del poder, del humor…
No hay que pasar por alto tampoco que la peste negra se convierte en una de las principales protagonistas de la novela “Un mundo sin fin”, la segunda parte de “Los pilares de la Tierra”. El escritor británico Ken Follet es el autor de la obra, en la que, además de las vidas personales de los personajes centrales, se realiza un acercamiento a cómo aquella grave enfermedad causaba estragos entre la población del siglo XIV.