La planeación es un accionar que está vinculado a planear. Este verbo, por su parte, consiste en elaborar un plan.
A través de la planeación (también mencionada como planeamiento), una persona u organización se fija alguna meta y estipula qué pasos debería seguir para llegar hasta ella. En este proceso, que puede tener una duración muy variable dependiendo del caso, se consideran diversas cuestiones, como los recursos con los que se cuenta y la influencia de situaciones externas.
Puede decirse que la planeación implica el establecimiento de una estrategia para cumplir una misión. Así, se fijan prioridades, se define un cronograma, se asigna presupuesto, etc. La planeación hace posible una coordinación de las actividades para que el esfuerzo conjunto permita alcanzar los resultados buscados.
Ejemplos de planeación
Tomemos el caso de una ciudad que desea aumentar la cantidad de turistas que recibe. Con dicho objetivo, las autoridades desarrollan una planeación que funciona como una hoja de ruta para cumplir dicho desafío.
La planeación incluye una primera fase de capacitación a los prestadores turísticos. La premisa es que los visitantes satisfechos regresarán en el futuro. Luego se realiza una revisión de los atractivos de la localidad para hacer una evaluación de su estado y restaurar, recuperar o embellecer aquellos que lo necesiten.
La planeación también contempla la puesta en marcha de un calendario de eventos para atraer a los viajeros con fiestas populares, encuentros gastronómicos e iniciativas culturales.
Una vez ejecutados todos los pasos de la planeación y pasado el plazo previsto, las autoridades turísticas deberán analizar distintos indicadores para hacer un diagnóstico acerca del cumplimiento, o no, de los objetivos previstos.
Pensemos ahora en una compañía que aspira a comenzar a exportar sus productos por primera vez. La planeación se inicia con un estudio de viabilidad para determinar si las ventas al exterior son factibles.
Dado los resultados positivos del informe, se avanza con la implementación de acciones de marketing para posicionar a la empresa en nuevos mercados, con una alta inversión en publicidad. El proceso continúa con alianzas estratégicas con firmas locales y otros pasos.
Variedad de opciones
Toda planeación consta de distintas etapas, ya que es un proceso que supone tomar decisiones sucesivas. Es frecuente que la planificación se inicie con la identificación de un problema y continúe con el análisis de las diferentes opciones disponibles. El sujeto o la compañía deberá escoger la opción que le resulte más propicia para solucionar el problema en cuestión e iniciar la puesta en marcha de un plan.
Cabe resaltar que, en un sentido amplio, la planeación se realiza casi a cada momento, incluso en el día a día. Por ejemplo, cuando una persona decide tomar un taxi para llegar a un cierto lugar, habrá planeado cómo viajar de forma más rápida y efectiva. Sin embargo, también se puede realizar a largo plazo y con decisiones que involucren a miles de personas, como puede ser el caso de la planeación llevada a cabo en una gran corporación multinacional.
Las características de la planeación, por supuesto, dependerán del contexto; no es igual la toma de decisiones que realiza una familia cuando organiza un viaje de vacaciones que el proceso planificado por el gerente de una empresa para lanzar un nuevo producto al mercado. Sin embargo, su éxito dependerá del grado de conocimiento, análisis e intuición de quienes la ejecuten, y en ambos casos se podría dar un meticuloso plan de acción, sin importar la formalidad de cada uno.
Tipos de planeación
Es posible clasificar la planeación de distintas maneras, según las expectativas temporales, la amplitud y la especificidad:
- Planeación estratégica: la realizan los directivos de una empresa para analizar factores internos y externos y su repercusión en los objetivos de la compañía. Suele trazarse a largo plazo, en general varios años, y consiste en el diseño detallado de su inserción en el mercado, de su comunicación con los medios y de sus campañas publicitarias.
- Planeación táctica: suele relacionarse con la toma de decisiones a corto plazo, en general para sobrellevar una crisis inesperada. Cuando un producto vende menos de lo previsto, por ejemplo, es necesario actuar, ya sea bajando el precio o mejorando la oferta mediante la inclusión de accesorios o la elaboración de paquetes (bundles). Estas acciones deben estar de acuerdo con el plan estratégico que se trazó en un principio.
- Planeación operativa: se refiere a la organización de los recursos y del personal de una compañía para la resolución de problemas. Es esencial para toda empresa, ya que traza el plan de acción y la relación que tendrán los distintos departamentos entre sí para el desarrollo de las tareas en un tiempo generalmente estipulado por el equipo directivo. En grupos de trabajo compuestos por un equipo y su líder, éste recibe proyectos y sus correspondientes fechas de entrega, y decide cómo se procederá, qué integrante se ocupará de cada tarea, etcétera.
- Planeación normativa: se trata de una serie de reglas y normas que se crean para el correcto funcionamiento de una empresa. Desde la vestimenta de los empleados hasta los horarios de trabajo y de pausas, todo debe estar previamente establecido para asegurar que se trabaje de manera ordenada.
- Planeación interactiva: es la más utilizada por empresas que ofrecen productos tecnológicos. Se basa en trazar soluciones a problemas en un futuro ideal, así como el camino para alcanzar dicho futuro. Cuando no se cuenta con las herramientas o la infraestructura necesaria para lograr ciertos objetivos, se analiza el accionar que debe realizarse para conseguir esos recursos.