Un poema constituye una composición de carácter literario que se enmarca en el campo de la poesía. El texto puede estar desarrollado en verso o en prosa; en este último caso, se habla de prosa poética.
En la antigüedad, todas las composiciones literarias recibían la denominación de poema, ya que la palabra deriva del verbo griego poesin («hacer»). Por lo tanto, el poema era cualquier tipo de producto nacido de la literatura.
Aquella persona dedicada a la escritura de poemas es conocida como poeta (o poetisa, si se trata de una exponente femenina). Se considera que el desempeño de los poetas está influenciado por la tradición cultural de la región donde residen, aunque la poesía también puede ser universal y tratar temas comunes a todo ser humano.
El poema lírico
Entre los poemas, se considera que el género más subjetivo es la lírica, ya que el autor suele aparecer en el interior del texto. El poeta casi siempre se sitúa en el presente y su vía de expresión más común es el verso corto, donde se pueden apreciar repeticiones de tipo fónico, semántico y estructuras sintácticas específicas.
El poema lírico posee varios subgéneros entre los que se destacan el himno, la oda, la elegía y la sátira. Detallaremos algunos de ellos:
La égloga es poesía que hace referencia a la actividad de los pastores. Se caracteriza por nombrar de forma idealizada a la naturaleza, los paisajes bucólicos, y las especies que habitan sobre la tierra poniéndolos en comparación con las sensaciones que despierta el amor en dos enamorados. También puede contener elementos de dramatismo y contar historias en forma de poemas. Garcilaso de la Vega fue un maestro de este tipo de poesía.
La épica
El poema épico fue una de las formas populares en las que se contaban las andanzas de y aventuras de héroes sobrehumanos que habían sabido ayudar a los pueblos a conseguir superar determinadas tragedias. Eran historias escritas en verso pero que tenían la característica de ser narrativas. Dichas historias giraban en torno de determinados elementos de la tradición oral (mitos, cuentos populares, leyendas) e iban generalmente acompañadas por piezas musicales.
En este tipo de poemas suelen relatarse viajes difíciles, batallas y tramas donde la magia y lo sobrenatural eran protagonistas imprescindibles y ayudaban a destacar la heroicidad de los humanos que participaban en ella.
Dos de las obras más famosas que pertenecen a la poesía épica son «La Odisea» de Homero y «La Eneida» de Virgilio, muy similares en muchos aspectos pero que difieren en el modo de tratar al héroe, en el caso de Virgilio no se trata de un guerrero que combate incansablemente sino de un hombre obediente a los dioses que soporta todo lo que se le viene encima como si se tratara de un destino que no puede modificar, en cambio para Homero el héroe es intocable e inalterable. Además Virgilio introduce por primera vez en un poema épico elementos de las obras dramáticas y líricas para conseguir un lenguaje y una expresividad que rozan el realismo.
Oda, sonetos y otros tipos de poemas
La oda era la expresión lírica por excelencia en la antigüedad y consistía en una forma de alabar alguna divinidad o musa. Un canto que era movido por una fuerte pasión y que llevaba al poeta a expresarse a través de palabras exclamativas y loas para dirigirse hacia un ser amado, objetos, paisaje o divinidad. Pablo Neruda les brindó una cuota de modernidad sin olvidarse de la esencia fundamental de estos cantos poéticos, su «Oda a la Cebolla» ha sido notablemente aclamada.
El soneto es un poema que se encuentra compuesto de catorce versos de once sílabas (endecasílabos). Es originario de la época del Renacimiento y surgió en Italia donde su principal exponente fue el poeta Francisco Petrarca. Los amantes de la poesía simétrica, armónica y ordenada elogian al extremo este tipo lírica la cual está organizada en dos cuartetos y dos tercetos que se encuentran entrelazados.
El madrigal es una poesía breve donde se muestran sentimientos de amor, un amor incorruptible, único. Suelen tener una breve extensión y son un canto al amor. Entre los poetas que han cultivado este estilo se encuentra Gutierre de Cetina.
La elegía es un poema que inspira dolor y pena. En ellos el poeta manifiesta profundos sentimientos de desesperación, angustia y desamparo; generalmente son poemas que tocan temas relacionados con la muerte o una pérdida que ha dejado un gran vacío en el poeta.
Epigramas, haikus y más subgéneros
El epigrama es un poema muy breve (dos versos), más aún que el madrigal y en ellos el poeta transmite sentimientos de júbilo, festividad, alegría, mezclando dichos sentimientos con ironía y algunos tintes sarcásticos. Han existido muchos poetas que lo han cultivado, como Ernesto Cardenal.
El haiku, también llamado haikai, es de origen japonés y desde el siglo XX se cultiva también en occidente. Se trata de un poema escrito en siete versos que turnan la métrica pentasilábica (1ero y 3ero) y la heptasilábica (2do). En la mayoría de los casos son poemas que evocan algún aspecto de la naturaleza. En la actualidad la métrica no es tan rigurosa, incluso varía mucho el número de sílabas y estrofas. Entre los autores de occidente que destacan en este tipo de poemas se encuentran Jorge Luís Borges y Octavio Paz. Cabe señalar que un haiku escrito en esta época puede tratar de diversas temáticas.
Otros subgéneros que mencionan los especialistas son el epitalamio (canto que exalta las bodas), el epigrama (una sátira concisa), y el peán (un canto de guerra).