Un pontífice es aquel que se desempeña en una diócesis como arzobispo u obispo. El término, con origen en el latín pontĭfex, se utiliza por antonomasia para identificar a quien está considerado en la Iglesia católica romana como el religioso o prelado de cargo superior respecto al resto.
Por ejemplo: “El Sumo Pontífice visitará el país el año próximo”, “Las declaraciones del pontífice generaron una gran polémica en el mundo árabe”, “La muerte del pontífice fue seguida por millones de personas a través de los medios de comunicación”.
Historia del concepto de pontífice
El concepto comenzó a emplearse en tiempos de la Antigua Roma, época en la cual se lo usaba para señalar al magistrado sacerdotal que se encargaba de presidir y llevar adelante ceremonias religiosas y ritos. El título de Pontifex Maximus suponía el rol más honorable en la religión romana, sólo disponible hasta 254 a.C. para los patricios, y a partir de entonces también para los plebeyos.
No obstante, tampoco hay que olvidar el hecho de que en la Antigua Roma, con el paso del tiempo, también se le otorgó el nombre de pontífice a aquella persona que formaba parte de un consejo religioso de tipo superior. Consejo de Pontífices era como se dio en llamar dicha reunión que estaba formada por el anteriormente citado Pontifex Maximus, los flamines (sacerdotes que se encargan de los cultos realizados en honor a los quince dioses establecidos), las vestales que eran las sacerdotisas y el Rex Sacrorum.
La etimología de pontifex y pontífice procede de dos vocablos: pons (traducido al español como “puente”) y facere (entendido como “hacer”). El pontífice, por lo tanto, es quien hace o establece puentes. Es probable que la expresión se refiera en sentido simbólico al puente entre la divinidad y los hombres, aunque también podría haberse utilizado en sentido literal ya que el constructor de puentes era una figura muy importante en la Antigua Roma, al atravesar el sagrado río Tíber.
Con el tiempo, los emperadores romanos comenzaron a asumir el cargo de Máximo Pontífice, combinando política y religión. A partir de la aceptación del cristianismo como religión lícita por parte de los romanos (en el siglo IV), el título se volvió anacrónico. El emperador Graciano el Joven (359–383) renunció al cargo que quedó entonces en manos del Patriarca de Roma: el papa, a quien hoy conocemos como sumo pontífice.
El papa
Así, teniendo en cuenta dicha acepción y expresión, nos encontramos con el hecho de que en la actualidad cuando nos referimos al sumo pontífice estamos haciendo referencia al papa. Como la cabeza visible de la Iglesia católica y como soberano del estado de la Ciudad del Vaticano es como también se conoce a dicha figura que ahora está representada en la persona de Francisco.
Jorge Mario Bergoglio es el nombre real del que hoy es el papa de Roma, que fue elegido en marzo de 2013 por el cónclave establecido y que desde entonces ejerce como sustituto de Benedicto XVI.
Francisco fue el nombre pontifical que aquel adoptó para asumir su nuevo cargo y lo hizo como una forma de rendir homenaje y admiración a San Francisco de Asís, a quien venera, según ha manifestado en numerosas ocasiones, por su humildad y su vida de sacrificio dedicada a los más pobres.