El término latino praescribere se convirtió, en nuestra lengua, en prescribir. El concepto tiene varios significados que varían de acuerdo al contexto. Por ejemplo, puede tratarse de la acción de indicar, decretar o fijar algo, como se puede apreciar en los siguientes ejemplos: «Le voy a prescribir un jarabe para la tos», «El médico me prescribió unas pastillas para controlar la presión», «El jefe va a prescribir la utilización de un nuevo uniforme en la empresa».
El uso más frecuente de la noción, de todas formas, se encuentra en el derecho. La prescripción de algo refiere a su extinción o conclusión: prescribir, por lo tanto, equivale a dejar de tener efecto legal.
Características de la prescripción en el derecho
La prescripción, en este sentido, está dada por el paso del tiempo que provoca que se consoliden o se pierdan ciertos derechos. En general se entiende que la prescripción se encarga de consolidar legalmente una situación que ya era efectiva de hecho.
Si alguien indica que «Tres personas fueron absueltas al prescribir el delito que se les imputaba», se estará haciendo referencia a que esos tres individuos no recibirán una condena ya que el supuesto delito que cometieron ha caducado en cuanto a la posibilidad de que sus responsables reciban un castigo. Esto está vinculado al plazo que establece la ley para el desarrollo de la investigación pertinente y la sanción a los culpables.
Supongamos que un delito X prescribe a los diez años. Un juez tendrá ese plazo para dictar el fallo que sancione o absuelva a los acusados de acuerdo a los resultados de una investigación. Si, por algún motivo, se cumple el plazo sin que el magistrado esté en condiciones de emitir su fallo, entonces será demasiado tarde para que haya una condena.
La noción en el Código Penal de España
Según el Código Penal de España, por ejemplo, los delitos no tienen un único plazo de prescripción, sino que éste guarda una relación directa con la pena máxima que se prevé para cada caso en particular y se cuenta a partir del día de la comisión del crimen. El artículo 131 establece los siguientes plazos de prescripción de delitos:
* tras 20 años si la pena máxima es de 15 años o más;
* a los 15 años si la pena máxima es la inhabilitación por un plazo mayor a 10 años o prisión entre 10 y 15 años;
* después de 10 años si la pena máxima es la inhabilitación o prisión por un plazo mayor a 5 años y menor o igual a 10;
* a los 5 años en el resto de los casos, a excepción de la calumnia y la injuria, que tienen un plazo de prescripción de un año (las faltas, por su parte, prescriben luego de 6 meses).
Dado que la Ley debe cubrir un gran número de potenciales actos criminales, existen ciertas consideraciones especiales que no se encuentran en la lista anterior; por ejemplo, en los casos de penas compuestas, se debe escoger la que posea un plazo de prescripción mayor. Por otro lado, delitos tales como el genocidio y lesa humanidad, por su parte, nunca tienen plazo de prescripción, así como tampoco el terrorismo (siempre que cause el fallecimiento de alguna persona).
Interrumpción de la prescripción
Es importante señalar que la prescripción de un delito puede verse interrumpida si en medio de la investigación o del proceso judicial surge un nuevo sospechoso y el caso se vuelve en su contra.
En una situación como ésta, se ignora el tiempo transcurrido y el plazo correspondiente comienza a calcularse de nuevo. Toda esta información es de acceso público y las personas implicadas en juicios por delitos deberían acceder a ella para conocer mejor sus derechos.