La presión arterial es la fuerza que ejerce la sangre en su circulación por el organismo.
La presión arterial es la fuerza ejercida por la sangre al circular por el cuerpo. El concepto suele utilizarse como sinónimo de tensión arterial, aunque esta idea refiere específicamente a la reacción exhibida por las arterias ante dicha presión.
Cabe destacar que presión es un término que deriva del latín pressio y que hace referencia a la acción y efecto de comprimir o apretar. Este verbo, por su parte, se asocia a ajustar, oprimir, estrechar o apiñar algo. La presión, por lo tanto, puede ser una fuerza que se ejerce sobre algo.
Arterial, en tanto, es lo perteneciente o relativo a las arterias. Estos son los vasos o conductos que llevan la sangre desde el corazón hacia el resto del cuerpo, cumpliendo la tarea inversa de las venas (que desplazan la sangre desde los capilares hacia el corazón).
TemasTipos de presión arterial
Gracias a la presión arterial, la sangre circula por los vasos sanguíneos y lleva nutrientes y oxígenos a los órganos. Es posible distinguir entre la presión arterial sistólica (el valor máximo de la tensión arterial cuando el corazón se contrae) y la presión arterial diástolica (el valor mínimo de la tensión arterial cuando el corazón se expande). La presión de pulso es la diferencia existente entre ambas presiones (sistólica y diástolica).
La presión arterial puede medirse con un tensiómetro automático o con la acción conjunta de un fonendoscopio y un esfigmomanómetro. El paciente debe estar relajado para que la medición arroje resultados que puedan ser analizados por el médico de acuerdo a los parámetros considerados normales (entre 90/60 y 120/80 mmHg).
Controlar la presión arterial contribuye a la salud cardíaca.
Consejos para controlarla
En muchos países, la presión arterial alta es uno de los problemas más comunes, y lo más preocupante es que la mayoría de quienes la padecen la detectan demasiado tarde. Como si esto fuera poco, si no se trata a tiempo, puede provocar infartos cerebrales o al miocardio, entre otras de sus graves consecuencias.
A pesar de tratarse de un problema silencioso, la presión arterial alta puede prevenirse a través de la adopción de hábitos sanos, algunos de los cuales se detallan a continuación:
- Reducir el consumo de sodio: este es uno de los puntos fundamentales para mantener la presión arterial en valores aceptables y se puede lograr comiendo alimentos frescos a diario (o sea evitando la comida enlatada) y prescindiendo de la sal, o bien no abusando de ella. Del mismo modo, si no se puede evitar comprar alimentos precocidos, asegurarse de que indiquen su nivel de sales y que éste sea bajo.
- Hacer ejercicio: nunca está de más realizar actividades físicas, ya que nos ayudan de muchas formas y nos dan la vitalidad que necesitamos para encarar nuestro día a día con energía. En este caso en particular, el ejercicio ayuda a prevenir ataques al corazón y ciertas enfermedades. Se recomienda trabajar el cuerpo al menos media hora diaria, una vez cada dos días.
- Cuidar el peso corporal: otro tema que siempre surge en relación a la salud es el sobrepeso, ya que provoca una serie de perjuicios que nada tienen que ver con la estética. Si el exceso de peso se concentra en la zona de la cintura, el riesgo de padecer presión arterial alta es mayor.
- No consumir mucho alcohol: las consecuencias del abuso de bebidas alcohólicas son de público conocimiento, pero muchos parecen no ser conscientes de que no es necesario llegar al alcoholismo para causar graves daños al organismo. Para evitar que se eleve la presión arterial es necesario no beber demasiado ni con mucha frecuencia.
- Llevar una dieta saludable: el secreto de una vida sana radica en alimentarse a base de frutas y verduras, evitar los dulces muy azucarados y las grasas saturadas. Por último, el potasio es ideal para el funcionamiento del corazón y se puede obtener a través de los champiñones, el brócoli, el aguacate (palta), las frutas secas, el kiwi y el plátano (banana), entre otros productos.
