El proceso comunicativo es el conjunto de actividades vinculadas a un intercambio de datos. Dicho proceso requiere de, al menos, un emisor y de un receptor.
El emisor envía ciertas señales (un texto escrito, palabras, un gesto) para difundir un mensaje; cuando estas señales llegan al receptor, éste debe proceder a su decodificación para interpretar el mensaje. El proceso contempla una “devolución” del mensaje, a través de la cual el receptor se convertirá en emisor, y viceversa.
Cabe destacar que la comunicación consiste en la emisión y recepción de mensajes entre dos o más personas o animales. Quienes se comunican buscan aportar y obtener información acerca de un determinado asunto.
Código y canal
En el marco del proceso comunicativo, el emisor y el receptor comparten un código (una combinación de reglas y de signos que permiten la concreción de la comunicación) y apelan a un canal de comunicación para transmitir el mensaje (el medio físico: desde al aire hasta un papel, pasando por un soporte digital). Si el proceso se ve dificultado por algún motivo, puede decirse que existe un ruido, un concepto que refiere a las barreras de la comunicación.
El proceso comunicativo más complejo es el que desarrollan los seres humanos. En este caso, la comunicación comienza con una actividad psíquica: el mensaje surge del pensamiento y se plasma a través del lenguaje. En el desarrollo de la comunicación, entran en juego las habilidades psicosociales del individuo para comunicar.
Ejemplos de proceso comunicativo
Un ejemplo de proceso comunicativo se lleva a cabo cuando un hombre toma el teléfono y llama a un amigo para desearle un feliz cumpleaños. El hombre que llama se coloca, en primera instancia, en el rol de emisor y utiliza el teléfono como canal, apelando a la comunicación oral.
Cuando el receptor lo escucha y contesta, pasa a ser el emisor. De este modo, a lo largo del proceso comunicativo, ambas personas intercambiarán sus roles en numerosas oportunidades.
Los medios de comunicación también promueven procesos de este tipo. En este caso se trata de una comunicación masiva, con diferencias respecto a la comunicación interpersonal.
La retroalimentación (feedback), por ejemplo, es más dificultosa. Hasta hace algunos años, cuando un periodista publicaba un artículo en un periódico impreso, el proceso comunicativo era unidireccional: la comunicación escrita se concretaba cuando el receptor leía la nota. Si el lector pretendía hacer una devolución, podía escribir una carta al periódico dirigida al periodista. Ahora ese ida y vuelta se simplificó gracias a la comunicación digital. Las tecnologías de la información y la comunicación (TIC) favorecen los intercambios comunicativos a través de Internet, con las redes sociales como el recurso más empleado. De todos modos, si miles de lectores se contactan simultáneamente con un único emisor, el proceso comunicativo sigue siendo dificultoso.
Debe considerarse que la comunicación efectiva requiere una escucha activa. Si un padre pretende transmitirle ciertas enseñanzas a su hijo en un diálogo, el descendiente tiene que prestar atención para asimilar los conceptos, mientras que el progenitor debe adoptar una actitud abierta a los comentarios de su interlocutor. Así, padre e hijo irán intercambiando los roles de emisor y receptor según la instancia de la charla.
La importancia del contexto
El contexto es uno de los elementos principales del proceso comunicativo, aunque a menudo se pasa por alto su importancia. Se trata de todos aquellos sucesos y circunstancias que pueden afectar al emisor y al receptor cuando el mensaje está siendo emitido o interpretado, con la consecuente alteración de su significado.
Los componentes del contexto son los mensajes que hayan tenido lugar antes del actual y de los siguientes (que en conjunto se denominan contexto lingüístico); el tiempo, el espacio y las circunstancias socioculturales en las cuales tiene lugar la comunicación (o sea, la educación y la cultura de los interlocutores); y cualquier acontecimiento ajeno al proceso comunicativo que pueda afectarlo de una u otra forma y que determine la adecuada interpretación del mensaje.
En otras palabras, no es posible aislar un mensaje de su contexto, ya que éste lo afecta antes de su creación, durante su emisión y a la hora de ser interpretado. Ciertos temas que no se trataban en público hace unas décadas por cuestiones de prejuicios sociales forman parte de las conversaciones más comunes de la actualidad, y pueden ser comprendidos gracias al avance sociocultural y a las herramientas que recibimos en el intercambio cotidiano de información, a diferencia de lo que habría sucedido en dicho tiempo pasado.
Otros componentes del proceso comunicativo
Cabe señalar que el proceso comunicativo depende de más factores que sus elementos constitutivos. El tipo de relación que existe entre el emisor y el receptor, el interés que haya de ambas partes en los temas a tratar y la voluntad que cada uno tenga en desempeñar su rol con efectividad también tienen injerencia.
Del mismo modo, la comunicación puede evolucionar y pasar por diferentes fases cuando los resultados son satisfactorios: un mensaje que comienza siendo oral puede dar lugar a uno gestual, sonoro, visual o escrito, y trascender en tiempo y espacio.