El proteccionismo es una doctrina y política económica que establece trabas al ingreso de productos extranjeros a un país. Su finalidad es privilegiar la producción nacional y evitar la competencia foránea.
Antes de avanzar debemos determinar el origen etimológico del término. Al hacerlo descubrimos que emana del latín, y más concretamente del verbo protegere, que es el resultado de la suma del prefijo pro-, que significa «en favor de», y del verbo tegere, que puede traducirse como «proteger«.
Características del proteccionismo
Para proteger los productos de la nación, el proteccionismo establece impuestos o aranceles a la importación. De esta manera, los productos extranjeros son encarecidos al ingresar al país y deben ofrecerse a un precio muy alto para resultar rentables, lo que beneficia a los productos nacionales.
Los periodos de guerra y crisis económica suelen ser los momentos elegidos por los gobiernos para implantar políticas proteccionistas. Algunos Estados, de todas formas, mantienen el proteccionismo como una política habitual para favorecer a la industria nacional.
Es importante subrayar que, en algunas ocasiones, cuando un país toma la decisión de apostar de manera contundente por el proteccionismo tiene como fin no sólo proteger a sus productos nacionales sino también alcanzar la autarquía, es decir, lo que sería la total y absoluta suficiencia de aquel en materia económica.
Asimismo esa línea económica que nos ocupa se justifica a través de una serie de planteamientos, que dejan patente que apuesta por el país donde se impone. En concreto, aboga por él porque es una manera de poder llevar a cabo el equilibrio de la balanza de pagos, porque es una forma de proteger de forma sólida y contundente a la industria nacional, porque es una medida de protección del dumping y además porque es un método para llevar a la máxima expresión determinadas acciones de seguridad nacional.
Sus ventajas
Todo ello sin olvidar que los que están a favor del proteccionismo consideran que él ofrece una serie importante de ventajas: fomento de la industrialización nacional, aumento del sentimiento nacionalista, creación de empleo nacional…
Los defensores del proteccionismo suelen sostener que el ingreso irrestricto de bienes extranjeros perjudica a la producción local ya que ciertos países tienen ventajas competitivas (por tamaño, tecnología, tipo de cambio, etc.) frente a los productores nacionales, dificultando la competencia.
Críticas al proteccionismo
Quienes defienden el libre comercio, en cambio, afirman que el progreso de la economía sólo puede conseguirse a través de un mercado sin ningún tipo de traba. Estas personas confían en la capacidad del mercado para autorregularse y creen que el ingreso de las autoridades estatales distorsiona su funcionamiento normal, generando problemas.
En la actualidad, las críticas más habituales al proteccionismo se dan en el marco de la Política Agrícola Común entre los Estados Unidos y la Unión Europea, que perjudica a las economías emergentes ya que no pueden comercializar sus materias primas con normalidad por los aranceles.