El vocablo latino proxĭmus llegó a nuestro idioma como próximo. El término puede emplearse para aludir a aquello que resulta cercano en el tiempo o en el espacio.
Por ejemplo: “El próximo lunes culmina el plazo de recepción de las obras que aspiran a conseguir el Premio Nacional de Literatura”, “No te preocupes, compraremos algo para comer en el próximo pueblo y luego seguiremos viaje”, “Los periodistas deportivos sostienen que, si el seleccionado nacional no consigue la victoria en su próximo partido, el entrenador podría ser despedido”.
La noción de próximo se utiliza para nombrar a lo que viene de inmediato o a lo siguiente en un cierto orden. El próximo Mundial de fútbol, por citar un caso, se disputará en 2022 y tendrá como sede a Catar. Esto se debe a que la última Copa del Mundo se realizó en 2018 y el torneo se juega cada cuatro años: por lo tanto, hoy (2019) puede afirmarse que el próximo evento de este tipo será Catar 2022.
Tomemos el caso de una audición para un papel en una comedia musical. El director de la obra organiza una prueba y convoca a los postulantes, quienes deben cantar unos minutos frente a él. Así, los artistas van pasando de a uno para mostrar su talento. Cada vez que finaliza una actuación, el director exclama: “¡El próximo!”. De este modo, avisa a quien sigue según el orden de llegada que llegó su turno.
En los medios de comunicación, esta palabras se usa con mucha frecuencia en casi todos los ámbitos dedicados a la divulgación de noticias porque es normal hablar de los sucesos que tendrán lugar en el futuro próximo. Por ejemplo, al hablar de las películas, los libros o los videojuegos que saldrán al mercado en los días venideros se usa la expresión «próximos estrenos».
Dado que también se puede usar para hacer referencia a algo que se encuentra cerca de otra cosa en el plano material, es correcto decir que «el edificio del Juzgado se encuentra próximo a mi casa», por ejemplo. Y esta acepción del adjetivo en cuestión nos lleva al verbo aproximar, o su reflexivo aproximarse, que se define como «acercar, arrimar» o bien «conseguir un resultado que se acerque al exacto tanto como se necesite para cumplir un objetivo dado».
Veamos una oración de ejemplo con este verbo en una de sus acepciones: «Como se puede apreciar en el vídeo, el agresor se estaba aproximando a la casa cuando llegó el dueño». En este caso podemos decir que el agresor ya estaba próximo a su destino, ya que no se trata de un punto sino de un rango de distancia en el cual todavía no ha llegado pero tampoco está «lejos». Si bien tanto el verbo como el adjetivo se entienden perfectamente y pueden aparecer en el habla cotidiana, su uso es más frecuente en la lengua escrita o formal, dejando para el resto de los casos la palabras acercarse y cerca.
Con respecto a los números, por otra parte, aproximar un valor a otro es una operación que hacemos con mucha frecuencia de forma «natural» pero que en la escuela nos enseñan con ciertas reglas. Por ejemplo, si queremos aproximar un número de una cifra a la decena o al cero, la técnica es la siguiente: si es menor a cinco, entonces lo convertimos en cero; de lo contrario, en diez. A partir del once, tomamos la unidad como referencia: si es menor a cinco, convertimos la unidad en cero pero dejamos la decena intacta; si no, pasamos a la decena siguiente.
La idea de Oriente Próximo, por último, hace mención a la región de Asia que resulta más cercana al mar Mediterráneo. Oriente Próximo, por lo tanto, equivale a Asia Occidental.
