Un puré es una pasta que se realiza a partir de aplastar, machacar y triturar diversos alimentos. El término de nuestra lengua procede del vocablo francés purée.
Por ejemplo: “Esta noche vamos a cenar buñuelos de espinaca con puré de batatas”, “La nutricionista me recomendó incluir puré de calabazas en mi dieta”, “Si quieres preparar una rica salsa, compra una lata de puré de tomates, añade unas aceitunas y condimenta con sal, pimienta y pimentón”.
El puré como técnica
El puré puede considerarse como una técnica de la gastronomía y su resultado. La noción refiere a aquello que tiene una textura particular y un espesor determinado y que, por lo general, se emplea para acompañar algún alimento sólido.
Tomemos el caso del puré de papas, también conocido como puré de patatas. Para elaborar este puré, primero es necesario hervir las papas en agua y sal hasta que se ablanden. Luego se deben pisar las papas, aplastándolas hasta que crear una pasta homogénea. Lo habitual es que, mientras se trituran las papas, se añadan diversos ingredientes, ya sea para modificar la textura o añadir sabores. Es muy común que el puré de papas incluya un poco de leche (ya sea vegetal o animal), pimienta, nuez moscada y manteca.
Si bien el puré de papas es el más común, esta técnica puede aplicarse a todo tipo de verduras, como ser zapallo, batata, calabaza, pimiento y cebolla, pero también a frutas tales como la manzana y el plátano. Dicha variedad, a su vez, se combina con la infinita complejidad que cada persona quiera darle en cuanto a la cantidad de ingredientes y procesos intermedios, como los modos de cocción y conserva.
Su vinculo con el sistema digestivo
Cuando una persona se encuentra mal del estómago o está en cama haciendo reposo para recuperarse de alguna enfermedad, el puré suele ser uno de los platos comunes de su dieta. Dado que diversos trastornos físicos pueden afectar negativamente el sistema digestivo, el puré es ideal en estas situaciones ya que no requiere de un gran esfuerzo para su procesamiento.
El puré no sólo es adecuado cuando existen problemas en el sistema digestivo, sino que también resulta beneficioso para aquellas personas que tienen problemas dentales o infecciones en la boca, ya sean pasajeros o permanentes. Por ejemplo, los individuos que han perdido varias piezas dentales y que por cuestiones de dinero no pueden someterse al tratamiento pertinente para recuperar el aspecto original de su boca, no pueden masticar los alimentos más duros, así como tampoco los niños en los momentos más delicados del cambio de su dentadura.
El puré, de lo simple a lo complejo
Es importante señalar que el puré posee la especial característica de ser un plato presente en todo tipo de ámbitos, desde el académico hasta el casero, en gran parte debido a la mencionada variedad de ingredientes y procesos que admite. Asimismo, suele ser la primera comida de los niños, una vez que abandonan la lactancia, ya que todavía no tienen su dentadura bien formada como para afrontar alimentos sólidos.
Aunque es común que el puré sea considerado un acompañamiento, también forma parte de platos más complejos, los cuales suelen denominarse pasteles; por ejemplo, es posible realizar un salteado de verduras y soja, colocarlo en un recipiente profundo y cubrirlo con puré de patatas, llevarlo al horno y disfrutar de un delicioso y nutritivo plato que aprovecha esta técnica para evitar la utilización de masa.
Uso simbólico del término
En sentido simbólico, se utiliza la expresión “hacer puré” para nombrar a la acción de destruir algo.
“Venía a una velocidad tan elevada que, al chocar contra el muro, se hizo puré”, “Se me cayó la copa de cristal y quedó hecha puré” y “El boxeador aseguró que hará puré a su rival” son expresiones que muestran esta acepción.