Puritano es un adjetivo que deriva de puritan, un término de la lengua inglesa. Se emplea para calificar a aquel individuo que defiende y difunde su apego a las reglas morales consideradas como virtuosas y aceptadas por la mayoría de la sociedad. Dicho apego puede ser real o exagerado por parte del sujeto en cuestión.
Por ejemplo: «Algunas autoridades puritanas no aceptaron que la cantante se presentase con ese vestuario», «Odio a la gente que se hace la puritana pero que, puertas adentro, se entrega a cualquier vicio», «Por favor, no repitas eso frente a mis padres: son personas mayores y puritanas».
Una congregación religiosa
Otro uso del concepto se emplea para nombrar al integrante de una cierta congregación religiosa que se desarrolló en el Reino Unido durante el siglo XVI: el puritanismo. Los puritanos, en este sentido, eran reformistas que pedían que la Iglesia anglicana rompiese con el catolicismo romano.
Los puritanos sostenían que Dios era la máxima autoridad respecto a cualquier tema del ser humano. Sólo la gracia divina tenía la capacidad de cambiar a las personas, quienes debían vivir de acuerdo a los preceptos de Dios como agradecimiento a su misericordia.
Los valores de los puritanos incluían la lectura constante y el análisis de la Biblia y la consagración de todos los domingos a Dios. El máximo objetivo de la comunidad puritana era mantener la pureza de la moral en todos los ámbitos de la vida: de ese modo, pensaban que cumplían con lo que Dios quería del ser humano y, por lo tanto, accederían al Paraíso.
Los puritanos de Escocia
Es una ópera del compositor italiano Vincenzo Bellini, con libreto de Carlo Pepoli y basado en la obra «Cabezas redondas y caballeros«, de Jacques-François Ancelot y X. Boniface Saintine (cabe mencionar que la expresión cabezas redondas se refiere a los puritanos). El estreno de esta magnífica obra tuvo lugar en París en el año 1835, en el Théâtre Italien, y fue la última del gran Bellini, quien perdió la vida la poco tiempo del estreno.
Con respecto al libreto, que para muchos carece de solidez, Los puritanos de Escocia narra la historia de amor entre Arturo y Elvira en medio de la guerra civil que enfrentaba a la comunidad puritana con los realistas, quienes apoyaban a Oliver Cromwell y a la casa de los Estuardo, respectivamente.
La música de esta ópera se encuentra entre la mejor lograda y más pulida que Bellini haya logrado en su vida, y contiene muchos momentos destacables, especialmente de los roles de la soprano y del tenor principales, a quienes les exigía una destreza vocal como pocos otros compositores. Una de estas demandas a nivel técnico, probablemente la mayor de toda la obra, se encuentra a pocos minutos del final: el tenor debe ejecutar un FA sobreagudo en su última pieza, algo que muy pocos cantantes pueden hacer; en su lugar, la mayoría opta por una nota más grave (un RE bemol).
Un desafío para Bellini
Se dice que Bellini sentía mucha presión mientras componía Los puritanos (nombre corto por el cual se conoce esta obra), ya que era la primera vez que presentaría un trabajo suyo frente al público de París, y que Rossini le brindó su apoyo dado el éxito del cual gozaba en Francia desde hacía un tiempo.
De hecho, el compositor tardó nueve meses en concluir su creación, mucho más de lo que se acostumbraba en aquel entonces, y la estructura de la ópera atravesó más de un cambio drástico, como ser la división en tres actos a poco tiempo del estreno, en lugar de los dos iniciales. Entre los obstáculos que Bellini tuvo que enfrentar mientras trabajaba en Los puritanos de Escocia se encontraba la inexperiencia del libretista, aunque esto no impidió que esta ópera trascendiera y se convirtiera en un tesoro de la música italiana.