Quiasmo es una noción que procede de un concepto griego, referido a algo cuya disposición es cruzada. El término se emplea para nombrar a una figura literaria que implica intercambiar el orden de los elementos de dos secuencias.
El quiasmo, por lo tanto, se realiza a partir de la repetición de frases o términos iguales, pero de manera cruzada y conservando una simetría. Esto genera una significación particular en la expresión y refuerza una idea, ya que le repetición cruzada causa sorpresa y lleva a reflexionar sobre lo dicho.
Esta figura se encuentra presente en la obra de muchos de los grandes autores de la literatura, y se utiliza para jugar con los diferentes aspectos del lenguaje para producir diferentes efectos en el lector, como ser momentos de humor o de tragedia, siempre accesibles tras la pertinente reflexión. Cabe mencionar que esta figura también aparece en el cine, aunque no con tanta frecuencia.
Estructuración del quiasmo
La estructuración del quiasmo puede entenderse a la manera de enumeración, en la cual los elementos se repiten en orden invertido: 1-2-3-3-2-1. Veamos cómo se desarrolla el quiasmo con un ejemplo.
1: Me desperté. / 2. Tomé un libro. / 3. Empecé a leer. / 3. Terminé de leer. / 2. Dejé el libro. / 1. Me dormí.
El quiasmo se expresaría de esta forma: “Me desperté, tomé un libro y empecé a leer. Cuando terminé de leer, dejé el libro y me dormí”.
Otro ejemplo de quiasmo es el siguiente: “Cuando busco recordar no recuerdo, pero en ocasiones recuerdo sin buscarlo”. Como se puede advertir, hay un intercambio del orden: lo que resalta el quiasmo es que, si la persona hace un esfuerzo para recordar algo, no logra recordarlo. Pero, sin embargo, en ocasiones los recuerdos aparecen en su mente aunque no esté haciendo un esfuerzo para eso.
Fomento del pensamiento abastracto
Además de fomentar la reflexión por parte del receptor, el quiasmo también puede emplearse para impulsar el pensamiento abstracto.
Es importante resaltar la importancia de prestar atención detenidamente al contenido de un quiasmo para ser capaces de entenderlo; dado que se trata de una forma poco directa de comunicar un mensaje, lo normal es que sea necesario escucharlo o leerlo en su totalidad para descifrar su significado.
Estas características, esta naturaleza poco directa del quiasmo, no lo vuelven atractivo para ciertas personas, especialmente para aquellas que poseen algún tipo de trastorno de la concentración o bien para quienes se sienten intimidados ante los textos a veces denominados rebuscados, que exigen atención y esfuerzo para ser comprendidos. Por lo general, es fundamental combinar la mera interpretación semántica con una combinación de asociaciones conceptuales para acercarse al significado de una estructura como esta.
El quiasmo como retruécano
Existe en retórica un tipo de quiasmo denominado retruécano o conmutación, que consiste en cruzar las funciones sintácticas de las palabras, además de poseer las características antes mencionadas. En pocas palabras, esta figura literaria, que se encuentra dentro de la categoría de repetición, sirve para reorganizar los elementos de una oración de una manera diferente en otra, para cambiar su orden de forma que se inviertan y su sentido sea contrario al que tenían en la primera.
Un ejemplo de este tipo de quiasmo es el siguiente: «Hay muchas personas que son pobres aunque merecen la riqueza, mientras que otras son ricas y merecen la pobreza». Como se puede apreciar, así como en el ejemplo de los recuerdos, expuesto en un párrafo anterior, las palabras «pobres» y «ricos» cambian de posición para constituir un quiasmo. Sin embargo, dado que se trata de un retruécano, sus funciones sintácticas también se encuentran cruzadas: en la primera proposición, los «pobres» son, mientras que en la segunda dicho atributo se adjudica a los «ricos».