La química analítica es una disciplina orientada a analizar la composición química de una sustancia a través de un estudio de laboratorio. El objetivo de los expertos es crear métodos cada vez más precisos y veloces para el desarrollo de los análisis.
Cabe destacar que la química es la ciencia dedicada al estudio de la composición, la estructura, las propiedades y las modificaciones de la materia . De acuerdo al objeto de estudio específico, existen diferentes ramas de la química. Así puede hablarse de química orgánica, química inorgánica y otras especialidades.
Características de la química analítica
Según el tipo de análisis a realizar, la química analítica puede dividirse en química analítica cualitativa y química analítica cuantitativa. Los análisis, por otra parte, pueden desarrollarse a partir de reacciones químicas o de interacciones físicas.
El análisis gravimétrico, por ejemplo, busca especificar qué nivel de un elemento químico se halla en una muestra. Para esto, trabaja con los pesos moleculares y atómicos. Un análisis electroanalítico, por otra parte, analiza un analito de acuerdo a los amperios o los voltios que hay en una celda electroquímica.
Los estudios espectrométricos, volumétricos y cromatográficos son otros de los análisis que se desarrollan en el marco del trabajo de la química analítica.
Puede resumirse la labor de la química analítica en una serie de pasos: primero define el problema a analizar y luego toma una muestra del objeto de estudio; continuación extrae los datos de interés y finalmente los interpreta.
Dispositivos que emplea
La química analítica utiliza diversos instrumentos para analizar las sustancias. Un polarógrafo, un espectroscopio, un polarímetro y un colorímetro son algunos de los dispositivos que pueden emplearse. Veamos sus definiciones a continuación:
- Polarógrafo: esta herramienta sirve para llevar a cabo la polarografía, una medida voltamperométrica que se encuentra englobada en la categoría de barrido lineal, en la cual el potencial de electrodo sufre una alteración de tipo lineal desde el inicio hasta el final. A diferencia de otras medidas similares, la polarografía se sirve del electrodo de gota de mercurio. En una gráfica en la que se enfrentan la corriente y el potencial en un experimento de química analítica, es posible observar cómo la corriente oscila según la caída de las gotas de mercurio desde el capilar.
- Espectrómetro: se trata de un dispositivo diseñado para el análisis del espectro de frecuencias propio de un movimiento ondulatorio. Su aplicación se enfoca en los instrumentos cuya operación contempla una gran variedad de longitudes de onda. El instrumento conocido como espectrómetro óptico, por ejemplo, se usa para llevar a cabo la medición de las propiedades de la luz en una porción del espectro electromagnético definido. Entre las variables que se involucran en sus operaciones se encuentran la intensidad luminosa y la polarización electromagnética.
- Polarímetro: es una herramienta que permite calcular el valor de la desviación de la luz polarizada. Se parte de un rayo de luz, el cual pasa por un filtro polarizador y se convierte en un rayo polarizado de luz plana, el cual más tarde atraviesa un portamuestras que posee un enantiómero en disolución, y es entonces cuando se produce una desviación. De acuerdo con la orientación relativa que exista entre los diferentes ejes de cada filtro polarizante, se determina si la luz pasa o no por el segundo de ellos.
- Colorímetro: es todo instrumento capaz de identificar el color y el matiz para permitir una medición más precisa del color. Por otro lado, dada una solución, también permite determinar su absorbancia (la intensidad de la luz antes de entrar en una muestra, con una longitud de onda específica). Por esta razón, el colorímetro posibilita saber qué concentración hay de un soluto conocido. Esta herramienta se apoya en el principio de que existe una relación proporcional entre la absorbancia de una sustancia y su concentración.