El término quincho se utiliza en varios países sudamericanos con referencia a la estructura que se emplea para comer al aire libre. Se trata de un cobertizo de construcción rústica que suele tener techo de paja.
Aunque existen diferentes tipos de quincho, por lo general consiste de un cerramiento con paredes de madera, ladrillo o piedra, o incluso solo con columnas. Habitualmente el quincho se destina a la elaboración y el consumo de asado (barbacoa), aunque también puede usarse para el desarrollo de reuniones sociales.
La madera puede ser de diferentes árboles, y esto depende en gran medida de la región en la que se fabrique el quincho. En Uruguay, por ejemplo, destaca el eucalipto, por ser un árbol muy abundante, relativamente económico y rígido. Los troncos que se escogen para este fin son los más derechos, los cuales son despojados de su corteza en cuanto se los corta. Además, reciben un tratamiento para protegerlos de los hongos y de los insectos.
Se estima que el origen de este término tan usado en los países de América Latina se encuentra en el idioma nativo quechua, y que puede traducirse al nuestro como «barrera» o «cerca«. Es probable que el material usado para los primeros fuera la paja, razón por la cual con el paso del tiempo se haya mantenido esta palabra para denominar los techos que se fabrican con este material.
De esta manera es posible decir que los ranchos, que son edificaciones muy comunes en el ámbito rural y se caracterizan por sus paredes hechas con barro, tienen techos de quincho, ya que están fabricados con paja. Lejos de ser una técnica simple, atravesó varias generaciones hasta que llegó a el nivel de precisión que se consigue hoy en día. En este contexto se denomina quinchadotes a los expertos en la elaboración de techos de paja, y fue gracias a que fueran transmitiendo sus experiencias y los trucos de su oficio de generación en generación que en la actualidad el estándar de calidad es muy alto.
No debemos subestimar la gran popularidad que el quincho tiene en América Latina, ni tampoco pensar que se trata de un tipo de construcción propio de las viviendas humildes; por el contrario, en ciertos balnearios de la clase alta son los más buscados. Existe, sin embargo, una razón peculiar en estos casos, y es que la gente adinerada de las ciudades suele sentir una fuerte atracción por lo rural, espacio al que se acercan para descansar del estrés propio de la acera y el humo.
Un quincho argentino típico, por ejemplo, dispone de una parrilla (asador), sillas y mesa. Así, la persona que prepara el asado se encarga de la cocción de las carnes mientras los comensales aguardan en el lugar, muchas veces disfrutando alguna entrada (entrante). Cuando la comida está lista, simplemente hay que quitarla de la parrilla y servirla en platos, siendo consumida en la mesa del mismo quincho.
En ocasiones el quincho tiene otros ambientes o sectores anexos para brindar más comodidades a la hora de cocinar y comer. En este sentido, muchas veces cuenta con una pileta o pila donde es posible lavar los platos, los cubiertos y el resto de los implementos usados.
En el lenguaje coloquial de Argentina, por otra parte, la noción de quincho se utiliza de modo jocoso para aludir a la peluca, el peluquín o el bisoñé que utilizan algunos hombres para ocultar la calvicie. Por ejemplo: «Cuando vi a mi abuelo con el quincho, no pude evitar reírme», «Antes que usar un quincho, prefiero seguir pelado», «Si pierdo el pelo, voy a comprarme un quincho».
