Se conoce como régimen al sistema o mecanismo que permite el establecimiento y la regulación del funcionamiento de alguna cosa. Un régimen impositivo, en este sentido, refiere a la legislación que fija el pago de impuestos en un determinado territorio.
Los regímenes impositivos suelen contemplar dos clasificaciones: un régimen común y un régimen simplificado. Cada contribuyente se encuadra en uno u otro grupo de acuerdo a ciertos requisitos establecidos por las autoridades.
Qué es un régimen simplificado
El régimen simplificado es aquel destinado a pequeños contribuyentes. Dispone de determinadas características que hacen que la regularización de la situación fiscal resulte más sencilla para estos contribuyentes que para el resto. Quienes no cumplen con los criterios fijados por el Estado para pertenecer al régimen simplificado, forman parte del régimen común.
Por lo general en un régimen simplificado se pagan alícuotas reducidas y se exime a los contribuyentes de ciertas obligaciones (como la presentación de una declaración jurada mensual, por citar una posibilidad).
El ejemplo del monotributo
Un ejemplo de régimen simplificado es el monotributo que existe en Argentina. A través de este régimen, ciertos contribuyentes pueden abonar por mes un único tributo fijo, que ya incluye el impuesto y los componentes previsionales (obra social y jubilación).
De este modo, los trabajadores independientes y los comerciantes que no llegan a un cierto nivel de facturación y que cumplen con otros requisitos, pueden registrarse en el régimen simplificado y facturar como monotributistas. En este régimen se contemplan distintas categorías: cuando una persona supera la facturación máxima fijada para la categoría más alta, automáticamente queda fuera del régimen simplificado.
Obligaciones vinculadas al régimen simplificado
El régimen simplificado, así como el común, acarrea una serie de obligaciones bien definidas, que son las siguientes:
* efectuar la pertinente inscripción en el Registro Único Tributario (RUT). Este primer punto también lo encontramos entre las obligaciones del régimen común;
* la primera vez que se efectúa una venta a una persona que pertenece al régimen común, se debe entregar una copia del RUT;
* mantener a la vista el RUT dentro del establecimiento en el cual se realice la actividad comercial, de manera que no sea necesario solicitarlo para verificar que haya cumplido con la primera de las obligaciones aquí citadas;
* cumplimiento de cualquier sistema de control determinado por el Gobierno;
* registrar todas las operaciones que se realizan cada día en un libro fiscal.
Con respecto al último punto, cabe señalar que el libro fiscal es muy importante y debe llevarse con la mayor prolijidad y responsabilidad posible, registrando en orden cronológico todas las operaciones que se realizan a diario. Al final de cada mes, se debe calcular el total de pagos en concepto de compras de bienes y prestación de servicios, según las facturas que haya recibido la persona. Del mismo modo, es obligatorio expresar el total de los ingresos que se han obtenido a lo largo del mes.
Las prohibiciones
No menos importantes que las obligaciones son las siguientes prohibiciones que dan forma al régimen simplificado:
* no se puede sumar al precio de los productos o servicios ofrecidos el valor del IVA, ya que en ese caso se debería cumplir con todas las obligaciones relacionadas con el régimen común;
* presentar la declaración del IVA, ya que para este régimen no tiene ningún efecto legal;
* exigir impuestos descontables y determinar IVA a cargo;
* efectuar el cálculo del IVA en la adquisición de bienes que se hallen excluidos o exentos de este impuesto;
* expedir factura. Por otro lado, si la persona perteneciente al régimen simplificado decide hacerlo para sus ventas, tiene la obligación de cumplir algunos requisitos, como ser denominar el documento como factura de venta de forma expresa, incluir ciertos datos específicos del vendedor y del comprador, dejar constancia de la fecha de expedición, del total y la descripción de la operación.