Relajante es un adjetivo que se utiliza para calificar a aquello que logra relajar (aflojar, suavizar o mitigar algo). Puede fomentar la relajación física o mental, según el caso.
Por ejemplo: “Este paisaje es muy relajante: necesitaba contemplar algo así para escapar un poco del caos de la ciudad”, “El médico me recetó un miorrelajante”, “Voy a poner música relajante así nos tranquilizamos y podemos dormir un rato”.
Técnicas relajantes
Cuando una persona tiene estrés o sufre un problema de ansiedad, necesita relajarse. Para esto puede apelar a diversas técnicas o procedimientos relajantes: escuchar música suave, realizar un viaje, meditar, etc. El objetivo es que aquello que haga le permita reducir el nivel de estrés y ansiedad.
La música es una de las opciones menos invasivas y más naturales, por así decirlo, para conseguir una relajación general, siempre que no existan trastornos físicos tales como una lesión muscular. Muchas personas recurren a este arte cuando no pueden conciliar el sueño o para mejorar su concentración durante una sesión de estudio o trabajo. Por lo general, la música considerada relajante no tiene texto o bien se encuentra en lenguas que poca gente domina, tales como el latín; si entre los instrumentistas hay un cantante, éste suele limitarse a vocalizar.
Sustancias que disminuyen el tono muscular estriado
Se conoce como miorrelajante o relajante muscular a la sustancia que promueve una disminución del tono muscular estriado. Gracias a la acción terapéutica de estos fármacos, es posible minimizar el dolor que producen diversos tipos de lesiones.
Lo que hacen los relajantes musculares es bloquear los receptores del dolor o deprimir el sistema nervioso central. El metaxalone, el diazepam, la orfenadrina y la ciclobenzaprina son algunos miorrelajantes de uso frecuente.
Es importante tener en cuenta que un médico debe ser quien recete el consumo de relajantes musculares. Como la mayoría de los fármacos, los miorrelajantes suelen tener contraindicaciones y pueden producir efectos secundarios. Por eso nunca es recomendable que una persona tome por sí misma la decisión de ingerir un relajante muscular, sino que es imprescindible que antes acuda al médico para manifestarle sus síntomas y solicitar que el profesional le indique el tratamiento a seguir.
Los masajes relajantes
Los masajes relajantes son uno de los servicios más buscados por la gente de las grandes ciudades, donde el estrés es moneda común. Quienes deben mantener cargos laborales muy exigentes y lidiar con la ruidosa vida moderna suelen tener su cita infaltable con el masajista al menos una vez a la semana. A través de un masaje practicado con los conocimientos adecuadas, es posible conseguir una sensación de renovación física y mental.
Es importante, por otro lado, tener en cuenta una serie de factores antes de tomar una sesión de masaje. En primer lugar, no cualquier persona está preparada para llevar a cabo esta actividad, ya que no basta con dejarse llevar por el instinto sino que es necesario saber dónde y cómo tocar para obtener resultados efectivos. Por otro lado, cuando existen lesiones físicas en el cuerpo del paciente, los recaudos deben ser aún mayores, y por eso conviene siempre acudir a un profesional.
Uno de los consejos más generalizados para los pacientes primerizos de una sesión de masajes relajantes es no temer expresarse frente al terapeuta, contarle cómo se sienten, por qué buscan sus servicios, si sufren de algún dolor en particular o si desean que el nivel de presión sea moderado en una u otra región del cuerpo. Del mismo modo, tras una experiencia desagradable o poco placentera, nunca debemos dudar en buscar otro masajista.
Aunque parezca extraño, muchos recomiendan evitar las sesiones de masajes durante los períodos de resfrío o gripe, ya que aseguran que los síntomas pueden empeorar como resultado de la mayor circulación sanguínea.