El término latino repletĭo llegó a nuestra lengua como repleción. El concepto hace mención al proceso y el resultado de repletar: hacer que algo quede repleto (lleno).
Por ejemplo: «Una vez que se produzca la repleción de este depósito, tendremos que encontrar un nuevo espacio», «La repleción del recipiente obligó a los científicos a buscar otro receptáculo», «Aún falta para la repleción de este lugar».
La repleción gástrica
La repleción gástrica se refiere a la cantidad de alimento que se encuentra en el interior del estómago: a mayor cantidad de alimentos, mayor repleción. Lo habitual es que la repleción gástrica se califique de diferentes modos, formando una escala. Una posibilidad es comenzar con un estómago vacío (cuya repleción gástrica es nula) y llegar hasta un estómago lleno (con una repleción gástrica total).
En este sentido, es posible establecer una media de repleción gástrica en un cierto grupo, analizando el interior de los estómagos de los ejemplares. El coeficiente en cuestión puede obtenerse a partir de la división de los estómagos llenos entre la totalidad de los estómagos estudiados. Supongamos que se registran ocho estómagos llenos en un conjunto de dieciséis individuos: la media de repleción gástrica será del 0,5. En otras palabras: se detecta que hay un estómago lleno por cada dos estómagos.
Límite de la capacidad de la vejiga urinaria
La repleción de la vejiga, por otra parte, hace mención a la capacidad de la vejiga urinaria. Cuando este órgano llega a su límite de repleción, se ejerce una presión que deriva en su contracción y que abre el esfínter interno, provocando el deseo de orinar.
Al orinar, finalmente se vaciará la vejiga; como es sabido, ciertos trastornos impiden el correcto funcionamiento de dicho órgano, por lo cual las sensaciones antes descritas no se experimentan con normalidad.
Defectos de repleción en ginecología
Se conoce con el nombre de pólipos tubáricos a focos de tejido endometrial de poco tamaño que se ubican en la parte intramural de las trompas de Falopio y se presentan como defectos de repleción con forma de óvalo y dimensiones menores a 1 centímetro, en posición adyacente al cuerno del útero. Los pólipos tubáricos no acarrean síntomas y por lo general no causan obstrucciones ni dilatación.
El tejido endometrial es el de la mucosa denominada endometrio, la cual cubre la superficie interna del útero y se compone de un tejido epitelial simple prismático (sus células son mucho más altas que anchas y su núcleo es ovoide) y puede o no tener cilios (estructuras celulares de aspecto similar al cabello), un estroma (entramado o armazón de un órgano) y glándulas.
Cuestiones a atender
Otro concepto en el cual es fundamental la atención al grado de repleción del útero es el de los pliegues miometriales. Se trata de restos del proceso de fusión de los conductos de Müller (los presenta el embrión como parte de sus órganos genitourinarios), el cual tiene lugar a lo largo del desarrollo del feto.
Los pliegues miometriales se pueden apreciar como líneas ubicadas paralelamente al eje mayor de la cavidad del útero en la histerosalpingografía (la radiografía utilizada para explorar dicha cavidad y las trompas de Falopio), y no pueden alterar el endometrio.
Así como ocurre con las lesiones endometriales, se recomienda valorar este fenómeno durante las fases iniciales de la exploración, ya que entonces el útero presenta una repleción escasa. De lo contrario, al introducir un mayor contraste es posible obliterar el conducto.
Se denomina patología endometrial a aquella que afecta el endometrio y se suele asociar a la aparición de defectos de repleción simples o múltiples que, como se comenta en el párrafo anterior, se aprecian con más facilidad al principio de la exploración; si el exceso de contraste produce la obliteración de la cavidad uterina, entonces es posible aspirar el contraste al finalizar el estudio para una correcta observación.