La reputación es la consideración, opinión o estima que se tiene a alguien o algo. El concepto está asociado al prestigio. Por ejemplo: «Voy a invitarte a un restaurante que tiene muy buena reputación», «El delantero llegó al equipo precedido por su mala reputación en lo referente a la conducta y el apego a las normas», «El Dr. Casero no debería actuar de esa forma: está en juego su reputación y su futuro profesional».
Dependiendo del contexto, el término puede ser utilizado con una connotación negativa. Ese es el caso de las personas o los lugares que tienen una notoriedad evidente por alguna característica poco digna de destacar. Por lo tanto, la opinión pública ya conoce la mala reputación en cuestión: «La cantante no hizo nada para desmentir su reputación y se mostró fría y distante con quienes se acercaron a saludarla», «Ya conocíamos la reputación del hotel, pero la verdad que tuvimos elegirlo porque es muy barato».
Además de lo expuesto es importante establecer que, en el lenguaje coloquial, se hace uso del término reputación acompañado de un adjetivo. Concretamente se dice «esta es una mujer de mala reputación», lo que viene a significar que se considera que esa persona ejerce la prostitución.
La reputación online
En el ámbito de los negocios es donde fundamentalmente se hace necesario que cualquier empresa tenga una buena reputación pues sólo así conseguirá afianzarse, consolidar su nivel de resultados y mejorarlos, mediante la captación de nuevos clientes.
Por ese motivo, en la actualidad, gracias al avance de Internet y las redes sociales, ha surgido el concepto de reputación online. Se trata de un término que se utiliza para hacer referencia a la imagen que tiene un negocio determinado en la Red. Es decir, el prestigio y el valor que le dan los usuarios en dicho espacio.
Para poder mejorar su citada imagen y lograr mayor prestigio, es habitual que cualquier empresa lleve a cabo la contratación de un profesional llamado community manager. Se trata de un experto en Internet que tiene como claro función el gestionar y controlar los perfiles de aquella en las redes sociales así como su blog o su página web.
De esta manera, a través de mensajes e interactuando con los clientes, es como se conseguirá que mejore la imagen que tiene la marca, que los internautas confíen en ella y apuesten por sus servicios o artículos, que mejoren sus resultados y, sobre todo, que no resulte indiferente en ningún caso.
La importancia de la coherencia
Construir una reputación positiva es una tarea que lleva años y que requiere de coherencia. Resulta mucho más difícil alcanzar una buena reputación (es decir, ser admirado y respetado por otros) que destruirla por una acción equivocada o un comentario desacertado.
Un político puede haber tenido un trabajo intachable durante décadas, demostrando su honestidad y su compromiso con los votantes. Sin embargo, si un día hace una declaración pública polémica o cuestionable (con contenido discriminatorio, por ejemplo), su reputación quedará gravemente afectada. A consideración de la sociedad, los logros de su trayectoria serán minimizados, ya que lo negativo es lo que suele prevalecer.