La retórica es la disciplina que estudia y sistematiza el lenguaje utilizado en los diferentes campos de conocimiento (como las ciencias naturales, la narratología, la ciencias políticas y las ciencias de la educación), permitiendo que la comunicación en cada ámbito consiga los objetivos que se plantea, tanto comunicativos como estéticos.
Esta disciplina permite que en cada sector el lenguaje utilizado (ya sea oral o escrito) permita la sencilla asociación de conceptos y, a la vez, que cumpla con los tres requisitos fundamentales de la comunicación: deleitar, conmover y persuadir.
Qué es la retórica
Se dice que la retórica es «el arte del bien decir» o también «la habilidad técnica para expresarse de la forma adecuada» ya que cuenta con un sistema de recursos que sirve para la construcción discursiva y el enriquecimiento del mensaje. Los elementos utilizados en el discurso, a su vez, se encuentra estrechamente relacionados entre sí.
Es importante aclarar que la retórica no estudia únicamente la efectividad de la comunicación, sino también los aspectos estéticos de ella. Esto quiere decir que, desde el punto de vista de la retórica, el discurso pretende algo más que el simple hecho de comunicar.
Sus orígenes
Las bases de la retórica actual se basa en la estructura impuesta por los antiguos griegos. Para ellos, la composición del discurso constaba de dos grandes fases: la inventio (el orador analizaba los contenidos de un repertorio prefijado -que podía estar en su memoria o pertenecer a la sociedad en general- y los establecía como contenidos de su discurso) y la dispositio (la forma en la que se organizaban esos contenidos).
A su vez, estructuraban el discurso en cuatro partes: el exordium (la parte inicial que intentaba llamar la atención del oyente y presentarle la estructuración de los contenidos), la narratio (la exposición del asunto y la tesis), la argumentatio (la presentación de las razones que sustentaban la tesis) y la peroratio (el resumen de lo dicho).
Las figuras retóricas
Se conocen como figuras retóricas aquellos recursos que permiten alterar la sintaxis para darle un determinado sentido al comunicado. Sirven para desviar al interlocutor a un sentido figurado de lo que se está expresando, evitando que se centre en el sentido literal o en el orden real de las palabras.
Existen cuatro tipos de figuras retóricas:
Figuras de dicción: alterando la composición de las palabras o las frases se puede conseguir un determinado efecto en el interlocutor. Las figuras de dicción pueden ser de transformación o metaplasmos (se alteran las palabras y no los significados), de repetición (se utiliza la reiteración de ciertos vocablos en un mismo discurso), de omisión (se eliminan ciertos elementos) y de posición (se cambian de lugar determinados elementos dentro de una misma frase).
Tropos: se sustituye una expresión por otra para darle un sentido figurado a la oración. Entre los tropos más conocidos se encuentran la metáfora (una comparación en la que no se nombra el elemento comparativo), la alegoría (representación de una idea valiéndose de formas humanas, animales o de objetos cotidianos), la hipérbole (exageración de la verdad para darle un peso mayor o menor del que en realidad tiene), el énfasis (utilización de un término en un sentido específico y restringido) y la ironía (expresión que permite dar a entender lo contrario a lo que se está diciendo).
Figuras de repetición: a través de la repetición de un sonido, palabra u oración se le puede dar al mensaje un peso determinado. Entre las figuras más conocidas se encuentran la aliteración (se repite un mismo sonido para causar una determinada sensación), la concatenación (repetición de palabras que se encuentran unidas en el discurso para darle un determinado ritmo o color al mismo) y la epífora (se repite una palabra que ya se ha utilizado en el discurso para darle un cierre al párrafo causando una determinada impresión).
Figuras de construcción: consiste en agregar o quitar determinadas palabras o sonidos al discurso sin que por ello se produzca una ruptura en el sentido. Una de las más conocidas es la repetición, la cual puede utilizarse en diferentes momentos del discurso para enfatizar y lograr que el interlocutor comprenda el sentido del mensaje, a través de la reiteración constante de ciertos términos y estructuras discursivas.