El rey es el monarca o soberano de un reino. La forma de gobierno donde el cargo supremo del Estado está en manos del rey se conoce como monarquía. En estos casos, el poder es hereditario (cuando el rey muere, es coronado su hijo y así sucesivamente).
En las diversas culturas de la antigüedad, el rey ocupaba un cargo intachable. Al principio se creía en él como si de un Dios se tratase. En aquella época era justificable dicha deidad porque eran politeistas, sin embargo con la imposición del cristianismo en las sociedades, debieron buscarse nuevas razones para creer en el poder absoluto del monarca, dado que existía un solo Dios.
Ahí se consideró que la mejor forma de comprender dicho poder era considerando que le venía dado por designio divino. Entonces dejaron de ser monarquías teocráticas para pasar a ser absolutas. Es importante tener en cuenta que su poder era tan grande que todo lo que ellos decretaran era tomado en cuenta como si de una profecía se tratase y jamás se ponían en duda sus decisiones.
El poder del rey
Durante siglos el poder de los reyes manipuló a más no poder las poblaciones a lo largo de toda la tierra, hasta que con la llegada de Revolución Inglesa del siglo XVII, este poder comenzó a sufrir limitaciones porque el pueblo se opuso a continuar siendo gobernado con semejante sistema; surgieron entonces las monarquías parlamentarias que, si bien mantenían la figura del rey, éste debía responder frente a un grupo de personas que velaban por los derechos de los pobladores e impedían que el monarca tomara decisiones que pudieran poner en peligro la estabilidad social.
De este modo, con el correr del tiempo, las monarquías fueron modificando su esencia (excepto en algunos país de África y Asia) y perdieron poder, aunque en algunos países siguen manteniéndose como figuras públicas importantes, como es el caso de los reyes de España.
La monarquía en la actualidad
Hoy en día, en algunos países se mantiene la institucionalidad de la Monarquía porque se considera que son la mejor garantía de concordia, estabilidad y democracia; en éstos la función del rey es aconsejar y guiar los pasos de la República hacia un espacio donde todos los ciudadanos gocen de libertad y bienestar.
Así, los reyes de naciones europeas, en la actualidad, se encuentran al frente de monarquías constitucionales o parlamentarias, con regímenes democráticos y soberanía popular. El rey, por lo tanto, cumple un rol simbólico y representativo, pero no ejerce el poder político.
En los últimos años con el aumento de la desconfianza del pueblo en los dirigentes comienza a plantearse la siguiente pregunta: ¿Qué es mejor la monarquía o la República?
Sin lugar a dudas la segunda lo es, sin embargo es necesario que existan reformas que impidan que los gobernantes escogidos democráticamente se aprovechen de su poder y arruinen un país.
Cabe mencionar que un régimen monárquico es un sistema gubernamental que se opone rotundamente a la República, donde existen varios dirigentes que han sido escogidos democráticamente por el pueblo.
Para terminar cabe mencionar que según Aristóteles, la monarquía es la forma de gobierno pura siempre y cuando sea ejercida de forma legal y no con el beneficio personal del rey. Cabe mencionar que el nombre que se le da al monarca puede ser rey, zar, emperador, sultán, etc; es decir que en todos estos tipos de Estados existe la similitud de que existe una persona al mando que ejerce el poder sobre el pueblo.
Uso simbólico de la noción de rey
De manera simbólica y realizando una analogía por el poder o la superioridad que tiene un rey por sobre el resto, se denomina al león como el rey de la selva y a Elvis Presley como el rey del rock, por ejemplo.
También se conoce como O Rei al futbolista Edson Arantes do Nascimento (Pelé). En estos casos, el reinado hace referencia a la influencia o al control que el «monarca» tiene sobre otros colegas o miembros de su especie.
Una pieza de ajedrez
En el ajedrez, el rey es la pieza principal del juego. Puede caminar en todas las direcciones, aunque sólo de una casilla por vez.
El objetivo del ajedrez es atrapar al rey enemigo en la posición de jaque mate («rey vencido»), que es la última de la partida.