Sarcoma es un concepto que procede del vocablo latino sarcōma. Este término, a su vez, tiene su origen etimológico en una palabra griega que hace referencia a un crecimiento o una hinchazón de la carne.
En el ámbito de la medicina, un sarcoma es un tumor de tipo maligno que se produce en un músculo, un hueso, un vaso sanguíneo u otra clase de tejido conjuntivo. Estos tumores tienen una apariencia carnosa.
Surgimiento de un sarcoma
Los sarcomas se generan a partir de la mesénquima: el tejido conjuntivo embrionario, del cual derivan los vasos linfáticos, los vasos sanguíneos, el tejido muscular y el tejido conjuntivo. De este modo, los sarcomas surgen de las células embrionarias que forman parte del mesodermo.
Este detalle diferencia los sarcomas de los carcinomas, que constituyen otro tipo de tumor. Los carcinomas se generan por las células epiteliales, algo que no ocurre en el caso de los sarcomas.
Clasificación según el tipo
Existen diferentes clases de sarcomas. Los osteosarcomas u osteomas sarcomatosos constituyen el cáncer de hueso (o cáncer óseo), que suele desarrollarse en los extremos de la diáfisis de los huesos de mayor longitud.
Los sarcomas de partes blandas, en cambio, surgen en los músculos, los vasos sanguíneos y los nervios. Si el sarcoma aparece en los vasos linfáticos, se habla de linfangiosarcoma.
Los fibrosarcomas, los angiosarcomas, los liposarcomas, los leiomiosarcoma y los rabdomiosarcomas son otros de los tipos conocidos de sarcoma que pueden afectar a las personas.
Es importante mencionar que la gravedad de los sarcomas depende de cada caso, existiendo tratamientos como la quimioterapia o las intervenciones quirúrgicas para su eliminación.
Factores de riesgo de sarcoma
Las causas por las que aparece el sarcoma de partes blandas no se conocen, así como ocurre con otras clases de cáncer, entre los que se hallan los tumores cerebrales o el osteosarcoma. Del mismo modo, casi todos los casos que han sido diagnosticados no están vinculados a un factor de riesgo en particular. Sin embargo, en ciertos tumores se presentan factores de riesgo que predominan, como ser los siguientes:
- Enfermedades hereditarias poco comunes (principalmente la de Von Recklinghausen y la neurofibromatosis, ambas relacionadas con ciertos tipos de sarcomas).
- Haberse sometido a sesiones de radioterapia un tiempo antes, algo que aumenta las probabilidades del desarrollo de sarcomas. Cabe mencionar que el cáncer resiste con especial fuerza el tratamiento en estos casos.
Los síntomas
Con respecto a los síntomas que nos hablan de la inminente aparición de un sarcoma de partes blandas, el primero de ellos es la presencia de alguna masa palpable de tejido blando. Cuando no existen signos de infección evidentes, la detección de las inflamaciones no es muy sencilla, ya que este tipo de sarcoma suele situarse en zonas profundas. Además, es importante señalar que por lo general no producen dolor y su crecimiento tiene lugar a gran velocidad.
Por otro lado, el dolor puede aparecer si el tamaño se vuelve considerable, dado que la masa comienza a presionar ciertos músculos y terminaciones nerviosas, o incluso algunos órganos. Cuando un sarcoma se desarrolla en el abdomen, es común que crezca demasiado antes de que la persona lo detecte. Para complicar las cosas aún más, el médico debe asegurarse de que no se trata de un tumor benigno antes de apresurarse a emitir un diagnóstico. Como es de esperarse, esto suele conducir a diagnósticos tardíos y, en consecuencia, a tratamientos inadecuados durante un tiempo.
Para evitar que esto suceda, los especialistas han determinado tres criterios de riesgo, ante los cuales deben sospechar que el tumor no es benigno, sino que se trata de un sarcoma de partes blandas: si su tamaño supera los 5 cm, crece muy rápidamente o su ubicación es profunda, entonces es necesario tratarlo como tal.