Sociedad es un término cuyo origen etimológico se encuentra en el vocablo latino sociĕtas. Lo habitual es que el concepto refiera al grupo de individuos que viven en mismo territorio bajo reglas en común, aunque el diccionario de la Real Academia Española (RAE) reconoce otras acepciones.
En el ámbito del comercio, una sociedad es una agrupación constituida legalmente que, gracias a los aportes de sus integrantes, dispone de un capital inicial. Existen diversas clases de sociedades que suponen distintas formas jurídicas de las empresas o compañías.
El adjetivo colectivo, en tanto, alude a aquello vinculado a un conjunto de personas o elementos. Su etimología nos lleva al latín collectīvus.
Qué es una sociedad colectiva
Una sociedad colectiva es un tipo de sociedad mercantil: es decir, una sociedad cuya finalidad es el desarrollo de una actividad comercial. En este caso, la totalidad de los socios asumen el compromiso de participar de los mismos derechos y obligaciones en una proporción acordada.
En una sociedad colectiva, los socios actúan bajo una cierta razón social y responden de manera solidaria, personal y subsidiaria por las deudas que no llegan a cubrirse con el capital social. Cabe destacar que la responsabilidad es ilimitada.
Esa responsabilidad ilimitada es la principal característica de la sociedad colectiva, ya que en la sociedad de responsabilidad limitada (S.R.L.) y la sociedad anónima (S.A.) ocurre exactamente lo contrario. Los socios de una sociedad colectiva tienen que apelar a su patrimonio propio para responder del pago cuando el capital de la sociedad no es suficiente para afrontar las deudas; eso no sucede en la S.R.L. ni en la S.A.
Su historia
Suele indicarse que la sociedad colectiva es una derivación de las primeras sociedades mercantiles. Por eso se destaca su gran antigüedad.
Se considera que las sociedades de mercaderes, desarrolladas durante la Edad Media, fueron las sociedades mercantiles iniciales. Las sociedades colectivas tomaron luego sus principios para la definición de su estructura.
Sin embargo, con el tiempo se buscó establecer ciertas limitaciones a la responsabilidad que debían enfrentar los socios. Así tomaron fuerzas otras clases de asociaciones, con lo cual la sociedad colectiva quedó en un segundo plano en el terreno comercial.
Funcionamiento de una sociedad colectiva
En la sociedad colectiva, las obligaciones y los derechos de los socios se definen según sus aportaciones. A partir de lo acordado, los resultados se reparten de forma común y solidaria, mientras que las pérdidas deben ser asumidas por los socios con su patrimonio.
Dadas estas características, las sociedades colectivas suelen ser alianzas de pocos socios que reúnen un capital social reducido. Por lo general, se trata de socios con una misma profesión y una visión comercial similar.
La principal ventaja de la sociedad colectiva es que su estructura facilita la gestión y contribuye a la toma de decisiones. Las obligaciones y las ganancias, a su vez, se reparten solidaria y equitativamente.
Los estudios de arquitectura y los bufetes de abogados son organizaciones que suelen adoptar la forma de una sociedad colectiva, generalmente considerando la afinidad entre sus miembros.