Para poder entender el significado del término sugerencia, tenemos que acometer, en primer lugar, lo que es el establecimiento de su origen etimológico. En este sentido, podemos decir que se trata de una palabra que deriva del latín, concretamente del verbo “suggerere”, que puede traducirse como “producir” o “meter debajo”.
Una sugerencia es algo que se propone, insinúa o sugiere. El término suele emplearse como equivalente a consejo o recomendación. Por ejemplo: “¿Puedo hacerle una sugerencia? Le recomiendo ordenar la ensalada de palmitos, es exquisita”, “Teniendo en cuenta la sugerencia de mi suegro, voy a comprar una mesa de roble para el comedor”, “No me interesan tus sugerencias, déjame en paz”.
Sugerencias en restaurantes y empresas
En los restaurantes, el menú o carta suele incluir sugerencias para los comensales. En este caso, el establecimiento menciona aquellos platos que son sus especialidades, para que el cliente los tenga en cuenta. También es habitual que sea el camarero o mozo quien comente las sugerencias a los comensales.
Muchas empresas, por otra parte, cuentan con mecanismos para que los clientes les hagan llegar sugerencias respecto a los productos y servicios que ofrecen. Una fábrica de cerveza puede incluir en la etiqueta de sus botellas un número telefónico para que la gente se comunique y transmita sus sugerencias, por citar una posibilidad. Una compañía de productos de limpieza, por su parte, puede incluir un apartado en su sitio web que permita completar un formulario y así enviar sugerencias, reclamos u otro tipo de mensajes.
La importancia de Internet
Como es de esperarse, el medio más usado para el envío de sugerencias es Internet, ya que ofrece un sinfín de posibilidades, como ser foros, servicio de correo electrónico y chat.
Si bien algunas compañías aún se resisten a hacer caso de los comentarios de sus clientes y se manejan como en los viejos tiempos, confiando en que éstos valorarán sus ideas una vez que tengan la oportunidad de probar sus productos y servicios de primera mano, cada vez son más las que aceptan que en la actualidad no es posible triunfar ignorando las exigencias de los usuarios.
Sugerencias compulsivas
Uno de los problemas que ha surgido con la comodidad que los clientes tienen hoy en día para expresar sus opiniones a las empresas es que muchos lo hacen de forma compulsiva, sin pensar dos veces antes de escribir, y a menudo rechazan productos o servicios antes de conocer sus características a fondo, simplemente porque no les gustó un vídeo promocional, o bien porque no lo entendieron.
Por otro lado, dado el éxito de las campañas de firmas virtuales para realizar peticiones, su uso se ha extendido también a la comunicación entre clientes y empresas, y no parece haber reglas que establezcan límites para la seriedad de las demandas: por ejemplo, si a una persona no le convence la descripción del próximo videojuego de su serie favorita, quizás decide omitir su derecho a enviar una sugerencia a la compañía por correo electrónico y se vuelca directamente por crear una campaña para pedir la cancelación del proyecto.
Reclamaciones en organismos públicos
De la misma manera, no podemos pasar por alto que hay organismos e instituciones públicas que cuentan con lo que se denomina “Libro de Sugerencias y Reclamaciones”, que puede encontrarse por el ciudadano tanto en las oficinas físicas como a través de las páginas web de las mismas.
Un claro ejemplo sería, por mencionar un caso, la Junta de Andalucía que ofrece a los ciudadanos la posibilidad de presentar cualquier reclamación bien con el pertinente formulario de forma presencial o través de su portal web. Eso sí, en este también da dos alternativas: mediante el certificado digital o sin el correspondiente certificado.
Diferencia entre sugerencias y órdenes
Es importante destacar que la sugerencia, como ya dijimos anteriormente, propone algo: es decir, no lo impone. Si un hombre le sugiere a su hijo que doble mejor su ropa antes de guardarla en el armario pero éste lo ignora, el primero no estará en condiciones de realizarle un reclamo, ya que sus palabras fueron apenas una sugerencia, y no una orden.
Cabe señalar que a veces es difícil distinguir una orden de una sugerencia, ya que entran en juego diversos matices, tanto en las palabras escogidas como en la entonación, sin dejar de lado el contexto. Un tono sarcástico, por otro lado, puede disfrazar una orden de sugerencia, aunque el emisor espere que el interlocutor interprete el mensaje correctamente; por ejemplo: «Te recomiendo que limpies tu habitación antes de que vuelva a mirar», «En mi opinión deberías ir a hacer las compras ahora mismo, antes de que pierdas la oportunidad de salir este fin de semana».
La noción en las redes sociales
Además de todo lo expuesto, no podemos pasar por alto que, a diario, cobra especial protagonismo el término que nos ocupa dentro del ámbito de las redes sociales.
En concreto, nos estamos refiriendo a Facebook y es que lo que ocurre es que cada uno de sus usuarios recibe constantemente la sugerencia de que hay otras personas de la red que quizá conozca y que posiblemente desee incluir entre su grupo de amigos. Para ello, la mencionada plataforma lo que hace es basarse, sobre todo, en lo que es el número de contactos que se tienen en común.