Sujetar es un verbo que proviene del latín subiectāre. El término puede aludir a inmovilizar o a sostener una cosa para que no se desordene o no se caiga.
Una acción asidua
Sujetar es una acción que se realiza con mucha asiduidad. Cuando una persona toma un vaso con su mano para beber, por mencionar un caso, lo que hace es sujetar el recipiente en cuestión y acercarlo a su boca.
Por ejemplo: “¿Podrías alcanzarme un clip para sujetar los papeles, por favor?”, “No te olvides de sujetar el pantalón con una pinza así no se vuela con el viento”, “Se cortó la cinta y ahora no sé cómo hacer para sujetar la persiana y lograr que quede levantada”.
En el primer ejemplo, el emisor le pide a su interlocutor una conocida herramienta usada generalmente en la oficina: un clip. Se trata de un objeto fabricado en metal y a veces recubierto de algún tipo de plástico, que tiene un mecanismo similar al de una pinza y sirve para mantener agrupadas dos o más hojas de papel, para sujetarlas. De esta manera, evitamos que se dispersen y se pierdan, pero también las ponemos juntas porque pertenecen al mismo proyecto o tema.
El verbo sujetar también se usa para ejercer una fuerza contraria a la del viento, tal como lo expresa el segundo ejemplo al mencionar la necesidad de usar una pinza para evitar que se vuele el pantalón. Por último, también la fuerza de gravedad se puede contrarrestar haciendo uso de esta acción, ya sea con nuestro cuerpo o con ayuda de una herramienta artificial, como ser una pinza, una cuerda o cinta adhesiva.
Diversas intenciones
Si un individuo agarra a otro y lo retiene con fuerza, lo está sujetando. Este acto puede resultar lógico o incluso positivo, pero también puede tratarse de una forma de violencia.
Una madre que se encarga de sujetar a su bebé para que no se caiga mientras lo pasea no está haciendo nada malo. Quien sujeta a alguien que está a punto de perder el equilibrio en una cornisa, en tanto, le está salvando la vida. Sin embargo, un secuestrador puede sujetar a su víctima para impedir que se escape, o un hombre violento puede hacer lo mismo con su pareja para amedrentarla y no permitirle actuar con libertad.
Defensa personal
Continuando con las diversas intenciones que puede tener el uso de esta acción, llegamos al ámbito de la defensa personal, donde la sujeción es necesaria en muchos casos para inmovilizar a nuestro oponente. Por ejemplo, podemos mencionar los agarres, técnicas muy útiles en situaciones de peligro. El llamado «Tapaboca», por ejemplo, sirve para actuar cuando nos sorprenden por detrás y tapan nuestra boca para impedir que pidamos ayuda. Los pasos son los siguientes:
* usando ambas manos, tomamos la del atacante, la alejamos de nuestra boca y la llevamos a la zona de nuestro pecho;
* con un movimiento de las piernas, giramos el cuerpo en cualquiera de los dos sentidos, hasta mirar de frente al agresor;
* sin dejar de sujetar su brazo, comenzamos a darle golpes de rodilla y terminamos la secuencia empujándolo;
* nos ponemos en guardia y nos preparamos para una potencial pelea, evaluando las características de nuestro entorno.
La sujeción puede venir del agresor o de la víctima, o bien ser usada por ambas partes con diferentes intenciones. A veces es el punto inicial del ataque, mientras que otras sirve para impedir que éste avance.
Prenda femenina
A la prenda cuya función es sujetar el pecho femenino, por último, se la denomina sujetador. Puede tratarse de un sostén (también llamado corpiño) o de la parte superior de un bikini.