El té es una infusión que millones de seres humanos ingieren, de manera cotidiana, a lo largo y ancho de todo el planeta. Esta bebida que por lo general se sirve caliente, aunque también hay versiones frías y hasta heladas, se logra aprovechando los brotes y las hojas de una planta denominada Camellia sinensis.
De acuerdo a datos oficiales difundidos en mayo de 2023, la República Argentina ha logrado posicionarse en el puesto número nueve dentro del listado de productores de té a escala mundial, siendo el más importante dentro del continente americano. La mayor elaboración nacional está concentrada en la provincia argentina de Misiones. Tanto China como India, en tanto, están señalados como los países donde más té se produce.
Cada 21 de mayo, fecha que por impulso de las Naciones Unidas se aprovecha como Día Internacional del Té, se aprovecha para difundir las bondades de este producto, multiplicar sus alcances y concientizar acerca de la importancia de implementar procedimientos sostenibles vinculados a la generación, comercialización y consumo de té.
Historia y particularidades del té
Al investigar sobre la historia y las particularidades del té se descubre que se trata de un recurso que se aprovecha desde hace muchísimo tiempo.
Hay registros que sitúan los inicios de la práctica de agregar hojas procedentes de la planta de té a un poco de agua hervida para saborizarla en el año 250 a. C., teniendo al territorio chino como escenario.
Esta bebida, además de lograr una popularidad inmensa, llegó a revolucionar la cultura, inspiró una tradición que todavía sigue vigente y hasta cosechó fama como aliada de la relajación, el bienestar y la buena salud.
Vale la pena remarcar que, para un gran número de seres humanos, deleitarse con una taza de té es una experiencia placentera que exige el desarrollo de una serie de pasos caracterizados por la delicadeza y la belleza en la elección y la manipulación de elementos específicos para preparar y servir la infusión.
Es posible, hoy en día, distinguir entre la impronta europea en el ritual del té marcada, concretamente, por un hábito de origen británico que ha propuesto a las cinco de la tarde (en inglés la expresión es five o’clock tea) como «la» hora de compartirlo y la ceremonia del té versión oriental. En Japón, donde este producto llegó en el siglo IX de la mano de monjes budistas procedentes de China, se ha desarrollado una modalidad muy particular para preparar y convidar té verde utilizando una vajilla elegante con tazas y tetera de cerámica japonesa.
Resulta interesante saber o recordar, asimismo, que esta preparación líquida está contemplada como ingrediente tanto en la gastronomía como en la medicina tradicional de China. Para este pueblo, ofrecer un té se interpreta como una demostración de respeto, cuidado, gratitud y consideración o como una excusa para compartir tiempo de calidad en familia.
En Rusia, en tanto, el té se disfruta desde 1638 y admite versiones frías, calientes y dulces. La variedad más común es el té negro, mientras que el dispositivo clave para la preparación se conoce como samovar.
Proceso de elaboración
El proceso de elaboración de esta afamada infusión tiene como punto de partida a los suelos rojos, cuidando que posean profundidad, fertilidad y un buen drenaje. Se los puede preparar de manera artesanal o haciendo uso de maquinarias agrícolas. Se requieren, además, condiciones climáticas húmedas y cálidas.
El cultivo de té se realiza a partir de esquejes o semillas de la planta que ofrece los recursos para la citada bebida. En la mayoría de los casos, para contemplar de cerca una plantación de té hay que trasladarse hasta un entorno rural. Las características de cada cosecha dependen de la variedad de té, la época del año y la geografía, entre otros parámetros.
Los expertos en el sabor y la calidad de este producto infaltable en millones de desayunos y meriendas sostienen que, si se hace manualmente la recolección de té, se obtiene la mejor materia prima. El sol es esencial para la etapa de marchitado (proceso necesario para que las hojas pierdan humedad), mientras que el paso siguiente es implementar una técnica de enrollado que depende de qué clase de variedad se trate.
Mucho antes de llegar a los comercios o a los hogares en forma de saquitos o de hebras para ser almacenados o consumidos dentro de un cierto plazo temporal, este recurso es sometido a procesos de oxidación, fijado y secado del té. En el último tramo, se seleccionan y clasifican las hojas.
Tipos de té
Independientemente de las variedades mencionadas en los párrafos anteriores existen muchos otros tipos de té, algunos de los cuales describiremos a continuación.
Para satisfacción de los amantes de esta infusión, hay a disposición un interesante abanico de opciones donde conviven propuestas convencionales y exóticas.
Así como unos señalan como su preferido al té oolong (alternativa de tonalidad azulada que está considerada como un tradicional té de origen chino), otros tienen entre sus bebidas favoritas al té Earl Grey, una mezcla que se aromatiza con aceite de bergamota. También el té turco tiene numerosos adeptos, lo mismo que el té de canela, por sumar otra de las posibilidades disponibles.
En el afán de sentirse mejor y agilizar un proceso de recuperación al padecer ciertos malestares, en tanto, mucha gente suele confiar en los beneficios de un té de limón. Asimismo, se recomienda ingerir té de manzanilla para propiciar el descanso y la relajación y té de ginseng en caso de estar en busca de alguna bebida afrodisíaca. Quienes prioricen las infusiones antioxidantes, por su parte, no deben pasar por alto al té de arándanos, al té de rooibos ni al ya señalado té verde.