El concepto de vivencia se emplea para nombrar a la experiencia que se adquiere a partir de una situación. Las vivencias son esas realidades que una persona vive y que, de alguna forma, la modifican.
Por ejemplo: “Cuando recuerdo mis vivencias de juventud, no puedo evitar sonreír”, “Transmito mi vivencia en el campo de batalla para que la gente conozca la tragedia de la guerra”, “Los psicólogos deberán ayudar a la niña a procesar y asimilar la vivencia de la masacre que presenció”.
Con cada vivencia, el ser humano registra una cierta información que le servirá, en el futuro, a enfrentar situaciones semejantes. De este modo, las vivencias constituyen un aprendizaje.
Las vivencias según la psicología
En el ámbito de la psicología, se entiende que las vivencias son aquellas experiencias que marcan la personalidad del individuo. Cada sujeto reacciona de diferente manera ante un suceso externo: de acuerdo a su capacidad de reacción, estos sucesos se constituyen, o no, como vivencias.
Hay hechos que, para una persona, pueden resultar de escasa importancia y por lo tanto no se forman internamente como vivencias. Esos mismos hechos, para otros, pueden ser muy relevantes y dejar una huella. Tomemos el caso de la muerte de una mascota y de las diferentes reacciones posibles ante dicha pérdida.
Algunos estudiosos de la personalidad hablan de la capacidad vivencial, un concepto que hace referencia a la apertura a formar nuevas vivencias a partir de los sucesos que tienen lugar en la vida: cuanto mayor sea esta capacidad, más hechos dejarán una huella, y viceversa. Visto desde esta perspectiva, existen dos variables para que tenga lugar el nacimiento de una vivencia: la capacidad vivencial del sujeto y la profundidad de la situación que atraviesa; sobra decir que cuestiones tan triviales como preparar una taza de té rara vez se convertirá en una vivencia, incluso para las personas extremadamente receptivas.
La sensibilidad
Otra forma en la que podemos encontrar el concepto de capacidad vivencial, en el habla cotidiana, es «sensibilidad«; si bien no se trata de sinónimos, es normal que se califique de «hipersensible» a quien parece verse afectado por cualquier situación, mientras que a los que se encuentran en el extremo contrario se los acusa de «insensibles». Estos últimos son quienes casi nunca se ríen de un chiste, o bien parecen no disfrutar de la comedia, ni de la naturaleza, aquellos que fingen estar por encima de todo, que no se dejan impresionar fácilmente por nada ni nadie.
Los artistas son las personas generalmente asociadas a un nivel de sensibilidad especialmente alto, ya que suelen estar en contacto con sus emociones más de lo normal y por esa razón parecen percibir matices de la vida cotidiana que el resto ignora. De todos modos, a la ecuación antes esbozada de capacidad vivencial más profundidad de la situación se debe agregar una variable, y es la predisposición que cada individuo tenga a cada tipo de estímulo.
Si retomamos el ejemplo de la muerte de un animal, es correcto afirmar que se trata de un hecho profundo y de gran magnitud, aunque esto no es suficiente para que se convierta en una vivencia para las personas con las que convivía: si se trata de seres poco compasivos o con un rechazo por las demás especies (como aquellos que aseguran que los animales no tienen sentimientos o no experimentan dolor), o bien si su capacidad vivencial es demasiado baja, puede que este suceso no los marque.
El dúo Vivencia
Vivencia, por último, es el nombre de un dúo argentino de rock que se formó en 1972.
Los cantantes y guitarristas Héctor Ayala y Eduardo Fazio son los integrantes que esta agrupación que tuvo dos etapas de actividades: entre 1972 y 1983 y luego a partir de 2005.