Aditivo es un término que puede utilizarse como adjetivo o como sustantivo. En el primer caso, califica a aquello que se tiene o que se puede agregar o incorporar a otra cosa.
En el terreno de la matemática, el adjetivo aditivo alude al término que, en un polinomio, está antecedido del signo + (más). Según los principios tradicionales de esta ciencia, se habla de función aditiva para hacer referencia a aquella que conserva la operación de la adición, es decir, la suma.
Esto puede observarse en el siguiente ejemplo: f(x + y) = f(x) + f(y); aquí notamos que tanto para x como para y se preserva la suma. Cabe señalar que en este caso estamos hablando solamente de los valores para los cuales haya sido definida esta función, es decir para todos los x e y que se encuentren dentro de su dominio.
Aditivos en las matemáticas
De esta forma, podemos asegurar que todas las transformaciones lineales son aditivas, ya que este es uno de los requisitos de este concepto, el cual puede definirse como cualquier aplicación en que sus espacios vectoriales del dominio y del codominio cumplan también con la siguiente propiedad: T(ku) = kT(u), donde u es un vector y k es un escalar.
Por otro lado, si los elementos del dominio son números reales (conjunto en el cual se encuentran tanto los números negativos, el cero y los positivos como los irracionales, aquellos que no pueden ser expresados), entonces la función aditiva es correspondiente a la de Cauchy. Se conoce como ecuación funcional de Cauchy es, en efecto, f(x + y) = f(x) + f(y), tal y como se muestra más arriba la de función aditiva; si bien se trata de una de las más fáciles de representar, en el conjunto de los números reales es muy difícil de resolver.
El concepto en la alimentación
A partir de su uso como adjetivo, aditivo también puede usarse como sustantivo. En este caso, se trata de la sustancia que se añade a otra para mejorarla o para conferirle propiedades que no tiene.
Los aditivos alimentarios son aquellos que se agregan a los alimentos para facilitar su conservación, impedir cambios químicos o alterar su sabor, color o aroma. Los saborizantes, los colorantes, los aromatizantes y los conservantes son algunos de los aditivos más usuales.
Un ejemplo de aditivo alimentario es el ácido carmínico, que se extrae de insectos como el Dactylopius coccus (la cochinilla). Esta sustancia sirve como colorante y se utiliza en la elaboración de helado, yogur y mermelada, entre otros productos. Al añadir ácido carmínico a estos alimentos, se logra un color rojizo que resulta muy atractivo a la vista.
Peligros de los aditivos alimentarios
A pesar de la gran popularidad de los aditivos en la industria alimentaria, es muy importante señalar que muchos de ellos representan un gran peligro para nuestra salud; después de todo, se trata de sustancias que normalmente no usamos para elaborar la comida casera, con lo cual podríamos decir que no son estrictamente necesarios, sino que tienen funciones específicas, muchas veces estéticas.
Uno de los aditivos más peligrosos es el aspartamo, también conocido con el nombre de Equal o NutraSweet, el cual suele formar parte de los alimentos dietéticos. Existen diversas evidencias de su acción cancerígena, y supera de forma considerable a todos los otros aditivos de la industria en número de reacciones adversas por parte de los consumidores.
Otros usos del término
A los combustibles también se les pueden agregar aditivos para mejorar sus propiedades. El etanol, por citar un caso, optimiza la combustión de la gasolina.
Si nos centramos en la química, por último, la noción de aditivo aplicada a una propiedad o a una magnitud refiere a que, en una mezcla, se muestra como la suma de los valores con que aparece en los distintos componentes.