Alienación es el acto y resultado de alienar. Este verbo, por su parte, alude a enajenar, quitar o escindir.
El concepto, que proviene del idioma latín (alienatĭo), aparece en diversas ciencias. A nivel general, puede decirse que la alienación consiste en la pérdida de algo que es propio o que constituye la esencia. Como resultado, el sujeto alienado actúa de manera distinta a la que se espera o se prevé.
Concepto de alienación
De acuerdo a la Real Academia Española (RAE), la alienación puede producirse cuando una persona o un grupo modifican su conciencia hasta que se vuelve contradictoria con aquello que se aguarda por su condición. Un obrero que vota a un partido político que impulsa el libre mercado, el ajuste y el recorte de los servicios estatales puede ser considerado como una víctima de la alienación: por la acción de los medios de comunicación o por otro mecanismo, se trata de un individuo que vota en contra de los intereses de su clase.
Para el marxismo, en la sociedad capitalista los trabajadores sufren una alienación ya que no se consideran como seres humanos, sino como mano de obra que se representa a través de lo que cuesta en dinero. Las personas, de este modo, se vuelven utilizables según su rol en el capitalismo.
La noción según la psicología
De acuerdo a la psicología, la alienación es un estado de la mente que se caracteriza por la ausencia de la percepción de la identidad propia o por un distanciamiento de la realidad. Alguien bajo los efectos de un estupefaciente puede estar alienado.
La alienación, en este contexto, supone la pérdida de ese sentimiento que algunos denominan autorreferencialidad o autoconciencia, ya que la identidad puede ser entendida como la facultad que tenemos los seres vivos de considerarnos individuos separados de la realidad que nos rodea, entidades independientes de las que apreciamos a través de los sentidos. Cuando se ve afectado este sentimiento, dejamos de actuar de manera normal.
Cabe mencionar que el psicoanálisis no siempre relaciona la alienación con una patología de la mente; tanto es así que contempla la ocurrencia de este fenómeno en personas aparentemente sanas o sin un historial de trastornos mentales.
Según el psicoanálisis, casi todas las personas podemos atravesar momentos de alienación mental si nos vemos sometidas a condiciones extremas. No debemos confundir este estado con el que se vive en la psicosis: mientras que en éste el paciente vive un delirio en lugar de la realidad que normalmente percibiría, durante la alienación la sustituye por un discurso ajeno.
Alineación mental como enfermedad
La alienación mental es una enfermedad que puede ser adquirida o congénita, ocurrir de forma circunstancial o habitual. Además de las características expuestas en los párrafos anteriores, podemos decir que suele presentar los siguientes cuatro síntomas, que pueden aparecer en mayor o menor medida, según el caso:
- Imposibilidad de comprender la realidad, tanto de manera concreta como abstracta. Al dejar de percibirse a uno mismo como un ser con identidad propia, el resto de los elementos del mundo también se desdibujan y se vuelve imposible tratarlos de forma adecuada.
- Incapacidad de juzgar las acciones propias o ajenas desde un punto de vista moral; es decir, de distinguir entre lo correcto y lo incorrecto, lo legal y lo ilegal.
- Gran dificultad para adaptarse a las reglas normales de convivencia, tanto en el ámbito del grupo familiar como en el trabajo o en la vía pública.
- Imposibilidad de asumir responsabilidades y mantenerlas en el tiempo. Esto se aprecia en diversos ámbitos de tipo legal y administrativo, ya que el sujeto no puede conseguir y mantener un puesto de trabajo o respetar las condiciones de un centro educativo pero tampoco gozar de ciertos derechos y ayudas del gobierno.