Alpaca es un concepto que tiene distintas acepciones según su raíz etimológica. Cuando el término procede del aimara all-paka, alude a un animal originario del continente americano cuyo pelo es muy valorado para la confección de diversos productos textiles.
De nombre científico Vicugna pacos, la alpaca es un mamífero que pertenece al grupo de los artiodáctilos, ya que apoyan al menos dos de sus dedos en el suelo. Las alpacas, por otra parte, forman parte de la familia de los camélidos, más precisamente de la tribu Lamini (al igual que las llamas, las vicuñas y los guanacos).
Características de la alpaca
La alpaca habita en la región andina, sobre todo en la puna y en otras mesetas de altura. La mayor cantidad de los ejemplares se encuentra en Perú, aunque también pueden hallarse alpacas en ciertas regiones de Chile, Bolivia, Argentina y Ecuador.
Al igual que los camellos y las llamas, las alpacas escupen cuando desean defenderse o como mecanismo de agresión. Estos animales pueden medir cerca de un metro y pesar hasta setenta kilogramos. En cuanto al uso textil de su pelo, se emplea para la confección de bufandas, ponchos y mantas, entre otros productos.
Las características que pueden apreciarse externamente en su fibra permiten diferenciar dos razas: la huacaya, en la cual el crecimiento de la fibra se da de forma perpendicular a su cuerpo, con un aspecto esponjoso y mechas relativamente cortas; y la suri, cuya fibra crece paralelamente al cuerpo, con rulos en toda su superficie, la cual se muestra brillante y sedosa.
Una aleación
Alpaca, por otra parte, es el nombre que recibe una aleación formada por níquel, cobre y zinc. Por su brillo y su tonalidad, la alpaca resulta similar a la plata y se utiliza para la producción de monedas, instrumental quirúrgico, elementos para instrumentos de música y artículos de bisutería (bijouterie). De acuerdo a su composición, es posible diferenciar entre alpacas de distintas calidades.
El nombre que recibió en un principio esta aleación es maillechort, aunque también ha sido denominada plata alemana, alfénido, argentán, plata nueva y metal blanco. Las proporciones de los diferentes elementos que componen la alpaca son las siguientes: entre un 8 y un 45 por ciento de zinc; de un 45 a un 70 por ciento de cobre; entre un 8 y un 20 por ciento de níquel.
Cuando la alpaca contiene un porcentaje de cobre superior a 60, se habla de aleación monofásica y se destaca por ser muy fácil de trabajar a temperatura ambiente y por su gran ductilidad. Además, es posible conseguir una resistencia considerable a los medios corrosivos si se combina con níquel; tanto es así que el porcentaje de este último es un factor determinante de la calidad de la alpaca, y en este contexto es posible distinguir tres grados diferentes: primera calidad, con un 22% de níquel; segunda calidad, cuando contiene un 11%; tercera calidad, si tan sólo alcanza el 6%.
Historia de la alpaca
La alpaca como aleación es un descubrimiento de dos químicos franceses llamados Chorier y Maillot que data de 1819, de ahí que su nombre original fuera una combinación de estos dos apellidos. Su trabajo tenía el objetivo de encontrar un material muy parecido a la plata para la fabricación de utensilios tales como cubiertos y otros elementos de la mesa que típicamente se elaboran en plata.
En la actualidad, la alpaca se utiliza para fabricar diversos artículos, entre los que se encuentran los siguientes: vajillas de mesa, cremalleras, llaves de instrumentos musicales (como el oboe); figuras religiosas; sorbetes llamados bombillas (para ingerir la bebida argentina llamada mate se utilizan estos productos en particular); monedas; y trastes de guitarra (cada tira de metal que se ubica en el mástil del instrumento a una cierta distancia para que al oprimir las cuerdas entre ellos se produzca un sonido determinado).