El análisis de la competencia es el proceso que se lleva a cabo para conocer las debilidades y las fortalezas de un competidor. Los datos obtenidos luego deben ser comparados con los recursos propios para tomar decisiones en base a lo detectado y elaborar una estrategia de actuación.
Antes de continuar, es importante indicar que un análisis es un examen pormenorizado de algo. La competencia, en tanto, refiere a una rivalidad o una disputa.
Características del análisis de la competencia
El análisis de la competencia es una tarea que se desarrolla para la identificación de las falencias y los puntos fuertes de las empresas con las cuales se rivaliza en un mismo sector. Esta labor permite detectar las amenazas y las posibilidades que hay en el mercado.
Este análisis siempre debe complementarse con una mirada orientada hacia las capacidades propias. Esa comparación es clave para diseñar los pasos a seguir.
Gracias a un análisis de la competencia, es posible determinar cuáles son los factores que permiten diferenciarse y sobresalir y qué barreras hay para el progreso. Este conocimiento resulta muy importante para elaborar un plan de negocios y definir líneas de acción en materia de marketing, comercialización, etc.
No debe olvidarse que un análisis de la competencia bien hecho, en base a criterios medibles y concretos, ayuda a descartar preconceptos y creencias que pueden resultar equivocadas. Por lo tanto ofrece el marco apropiado para crear una guía de gestión.
Cómo se lleva a cabo
El análisis de la competencia puede efectuarse de distintas maneras. Se lo puede dividir en un análisis de los competidores directos y un análisis de los competidores indirectos, trazando siempre un perfil de la competencia.
La investigación de mercado debe arrojar datos de utilidad en cuanto a la diferenciación de productos y la eventual ventaja competitiva a favor o en contra. El objetivo, en última instancia, es lograr un buen posicionamiento de mercado.
Debe considerarse que el análisis de la competencia es útil antes de avanzar en la creación de una empresa pero también con la finalidad de expandir un negocio que ya está en marcha.
Si nos centramos en el primer caso, se necesita realizar una segmentación de mercado y definir el perfil de los clientes, analizando si la demanda que existe está siendo satisfecha. Cuando la compañía o el emprendimiento se encuentra en funcionamiento, este tipo de análisis es importante para conocer la oferta de los rivales y entender de qué manera podría presentarse una opción superadora.
Herramientas para el análisis de la competencia
Existen diversas herramientas para hacer un análisis de la competencia. Una de las más usadas es el análisis SWOT (Strengths, Weaknesses, Opportunities, Threats), que también recibe el nombre de DAFO o FODA.
Este recurso consiste en la elaboración de un diagrama con formato de cuadrícula para visualizar las fortalezas, las debilidades, las oportunidades y las amenazas. Esta matriz, de este modo, sirve para estudiar las características internas (positivas y negativas, identificadas como fortalezas y debilidades) y el panorama externo (la coyuntura favorable y los riesgos; es decir, las oportunidades y las amenazas).
Otro instrumento valioso es el análisis PESTEL. En este caso, se pretende describir el contexto en el cual opera la compañía, considerando factores polìticos, económicos, legales, ambientales y de otra índole.
Al complementar el método PESTEL con el SWOT, se puede ejecutar un análisis de la competencia que tome en cuenta múltiples elementos.
El análisis también puede contemplar el modelo de las 5 fuerzas de Porter. Postulado en 1979 por el académico Michael Eugene Porter, se sustenta en el estudio de cinco componentes que, articulados entre sí, establecen las propiedades de la competencia.
Las fuerzas de Porter intervienen tanto en un nivel vertical (el poder de negociación que tienen los clientes y aquel que poseen los proveedores) como en un sentido horizontal (la rivalidad entre los competidores, la amenaza del ingreso de nuevos actores y la amenaza que suponen los productos sustitutos). Más allá de su utilidad, hay expertos que advierten que este modelo no toma en cuenta el rol del Estado en la regulación de los precios ni la posibilidad de abrir un nuevo mercado en reemplazo del existente.
El benchmarking
El benchmarking es una técnica que consiste en un análisis de la competencia para conocer y comprender sus prácticas y estrategias, con el fin de adaptarlas y reproducirlas. Por supuesto, esto debe realizar cuando el competidor está evidenciando éxito y ostenta una posición privilegiada en el mercado.
Con el benchmarking, pues, se pretende emular el accionar de empresas que están funcionando bien. Así se procura conseguir una transferencia del saber y la experiencia.
Cabe subrayar que hay varios tipos de benchmarking. El benchmarking competitivo se orienta al estudio de los competidores directos, mientras que el funcional observa otros sectores y mercados. Incluso existe el benchmarking interno para trasladar las actuaciones de un área de la empresa a otra.