Se conoce como ángulo a la figura de la geometría que se compone de dos semirrectas, las cuales tienen un mismo vértice como origen. Convexo, por su parte, es un adjetivo que califica a lo que se encuentra curvado hacia fuera.
Dicho con otras palabras, una superficie convexa es aquella que, desde el punto de vista del observador, presenta una curva más prominente en el centro que en los lados, es decir que su punto central se encuentra más cerca del observador que los bordes.
Un tipo de espejo
Un claro ejemplo en el que se aprecian estas características es el espejo convexo, muy usado para mejorar la visibilidad de ciertas zonas específicas, generalmente próximas a una esquina, tales como la salida de un estacionamiento, o incluso en los coches, del lado del acompañante.
El ángulo convexo que poseen estos espejos es ideal para ampliar el campo de visión de la persona, dado que la curva hacia afuera capta imágenes imposibles de percibir desde el mismo punto por un ojo humano. Por su forma, la distorsión se vuelve inevitable, pero esto no impide su utilidad ni provoca ningún riesgo siempre que el usuario sepa utilizarlo de forma adecuada y comprenda los «efectos» visuales que puede causar, como ser una alteración de la distancia de los objetos (los próximos al centro parecen más cercanos que los demás).
Características de un ángulo convexo
La idea de ángulos convexos aparece cuando, en un mismo plano, hay dos semirrectas que comparten el vértice de origen y que no están alineadas ni son coincidentes. Estas semirrectas dan lugar a dos ángulos: uno es un ángulo convexo, mientras que el restante es un ángulo cóncavo.
El ángulo convexo es el que tiene una amplitud menor, midiendo más de 0° pero menos de 180°. El ángulo cóncavo, en cambio, es el más amplio, con una amplitud mayor de 180° e inferior a los 360°.
Relación con la noción de concavidad
Si retomamos la definición del adjetivo convexo y analizamos la relación complementaria que existe entre los ángulos convexos y los cóncavos, podemos comprender que, de alguna manera, el punto de vista usado para estudiarlos se encuentra del lado del convexo, así como debe ocurrir en la vida real al apreciar un espejo con este tipo de curvatura.
Del mismo modo, el ángulo cóncavo que complementa el convexo debe ser observado de manera que las semirrectas se cierren hacia nosotros, como si fueran dos brazos que intentan envolvernos.
Estas definiciones nos revelan que los ángulos convexos son menores que los ángulos llanos (180°) y que los ángulos perigonales o completos (360°). En cambio, son mayores que los ángulos nulos (0°). Siguiendo con este análisis de los ángulos de acuerdo a su medición, podemos decir que los ángulos convexos pueden ser ángulos agudos (más de 0° y menos de 90°), ángulos rectos (90°) o incluso ángulos obtusos (más de 90° y menos de 180°).
Los grados de un ángulo convexo
En este marco, hay quienes simplifican los conceptos sosteniendo que los ángulos menores a 180° son ángulos convexos, mientras que los ángulos mayores a 180° son ángulos cóncavos.
La limitación de los grados que presenta cada uno de estos dos tipos de ángulos es fácil de entender si agregamos un poco de información. En primer lugar, comencemos por el ángulo cóncavo, que debe ser mayor de 180° (dado que en ese caso hablamos de ángulo llano), y menor de 360° (porque el convexo debe medir al menos 1° y, de todos modos, los ángulos de 360° se denominan completos).
Con respecto al ángulo convexo, no puede alcanzar los 180° para no convertirse en llano, ni superar esa medida, ya que desde la perspectiva del observador no sería posible distinguir la porción que supera los 179° del ángulo cóncavo correspondiente.
Un polígono cuyos ángulos interiores son todos menores a 180°, por otra parte, recibe el nombre de polígono convexo.