El adjetivo antiadherente permite calificar a aquello que evita la adherencia: la unión física de distintos elementos. Es habitual que el término se utilice con referencia a un producto o a una sustancia.
Para recipientes de cocina
Por lo general el concepto de antiadherente se emplea en el ámbito de la cocina. Recipientes como las ollas y las sartenes suelen ser antiadherentes para impedir que los alimentos se peguen a su superficie.
Una de las sustancias antiadherentes más conocidas es el teflón. Así se denomina a un polímero que ofrece una gran resistencia a la corrosión y al calor.
Científicamente el teflón se denomina politetrafluoroetileno. Este compuesto químico se destaca por su impermeabilidad y por presentar un coeficiente de fricción o rozamiento muy bajo, lo que supone que ejerce una oposición mínima al deslizamiento de los cuerpos sobre su superficie.
Las sartenes antiadherentes suelen contar con una estructura de aluminio, a la cual se le aplica una cobertura a base de teflón. Luego se realiza un acabado con titanio, piedra u otra material a modo de refuerzo del teflón.
El problema del teflón
Es importante mencionar que, tiempo atrás, el teflón presentaba ácido perfluorooctanoico, sustancia calificada como posiblemente carcinógena por el Centro Internacional de Investigaciones sobre el Cáncer de la Organización Mundial de la Salud (OMS). Frente a esta realidad, el ácido perfluorooctanoico fue prohibido: de este modo, las sartenes antiadherentes que ahora llevan teflón ya no incluyen esa sustancia y, por lo tanto, son seguras.
Todo comenzó cuando surgieron muchas denuncias que durante varios años habían sido silenciadas por intereses económicos. Esto dio lugar a una investigación científica enfocada en los ciudadanos que vivían alrededor de una planta química con una importante exposición a ácido perfluorooctanoico, la cual arrojó resultados alarmantes: esta sustancia tenía una aparente relación con diversos problemas de salud, como ser la colitis ulcerosa, el cáncer de testículo, la hipertensión inducida por el embarazo y la enfermedad de la tiroides.
Mantenimiento
Para mantener los recipientes antiadherentes en buenas condiciones lo ideal es usarlos con utensilios de silicona o madera para no rayarlos. En ningún caso se deben usar utensilios de metal, ya que si desgastamos la película antiadherente de los recipientes, no sólo pierden su principal atractivo sino que corremos el riesgo de que los residuos se mezclen con la comida.
Con respecto al lavado, se debe realizar a mano, con ayuda de una esponja muy suave, o bien con la parte trasera de una normal. Dada la naturaleza del material antiadherente, no es necesario «rascar» los restos de alimentos a la hora de limpiarlo, ya que salen con mucha facilidad. Además, se recomienda esperar a que se enfríe antes del lavado. Por el contrario, no es bueno colocar estos recipientes en el lavavajillas, ya que sus procesos suelen ser demasiado agresivos para éstos.
La temperatura a la que cocinemos en un recipiente antiadherente debería ser baja o media, pero nunca alta. Pasar por alto esta indicación puede deteriorarlo y, en el largo plazo, afectar negativamente nuestra salud. Después de todo, en una olla o sartén antiadherente no asamos los alimentos, sino que los cocemos para recetas en las que importe la combinación de sabores luego de cocciones lentas.
Por último, ya que comprar un recipiente antiadherente supone una inversión económica más alta que la de uno metálico tradicional, deberíamos protegerlo también a la hora de almacenarlo, evitando apilarlo con otros. Si no tenemos otra opción, por falta de espacio, entonces se recomienda colocar paños de tela suave entre uno y otro. También es posible fijar algunos ganchos en la pared para colgarlos uno por uno, dejándolos más a mano y evitando los potenciales rayones.