Anticongelante es un adjetivo que permite calificar a aquello que imposibilita la congelación: es decir, que no permite que un líquido se hiele (se solidifique). El concepto se emplea como sustantivo para aludir a la sustancia que se usa en un motor con el objetivo de aumentar su punto de ebullición y reducir su punto de congelación.
Reduce el punto de congelación
Antes de avanzar, es importante centrarse en las ideas de punto de ebullición y punto de congelación. El punto de ebullición es la temperatura a la cual un líquido se convierte en vapor, mientras que el punto de congelación es la temperatura a la cual un líquido se vuelve sólido.
Retomando la noción de anticongelante, se trata de un compuesto que se incorpora a un líquido con la finalidad primordial de bajar su punto de congelación. En los motores, el anticongelante generalmente se añade al agua: de este modo, incluso cuando se registran temperaturas muy bajas, no se produce el congelamiento.
El anticongelante también suele tener la facultad de incrementar el punto de ebullición. Así, cuando hace mucho calor, el sistema continúa funcionando de manera eficiente.
Protege los recipientes
Al lograr que el líquido no se congele, el anticongelante protege los recipientes rígidos ya que evita la expansión del contenido producida por la congelación. Muchas veces el anticongelante incluye además componentes anticorrosivos.
Décadas atrás el anticongelante más habitual que se empleaba en los automóviles era el metanol. Sin embargo, como el metanol tiende a evaporarse, luego se empezaron a usar etilenglicoles.
Metanol
La popularidad del metanol tuvo lugar sobre todo en la segunda mitad de la década de 1930. Si bien impedía con eficacia el congelamiento del refrigerante, no ser aconsejaba su uso para otras cosas.
Dos de sus puntos a favor son su capacidad térmica (la razón entre su cambio de temperatura y la magnitud de calor que transfiere) y su punto de fusión. Como rasgo negativo, sin embargo, se encuentra su propensión a la evaporación, que lo lleva a experimentar este cambio de estado en menor tiempo que el agua con la que se mezclaba.
Etilenglicol
En el año 1937 aparecieron en el mercado las soluciones de este compuesto químico, las cuales se vendieron bajo el nombre de anticongelantes permanentes porque sus beneficios podían percibirse a lo largo de todo el año, tanto en las épocas de frío como en las de calor.
Debemos hablar de los peligros que supone el contacto de seres humanos y animales con este producto, ya que es venenoso y su aroma dulce puede confundir a los más pequeños. Si lo ingieren, este anticongelante genera cristales en los riñones y puede llegar a causar la muerte por un fallo renal grave. Por esta razón, es importante limpiar los vertidos o bien asegurarse de que ningún individuo que pueda ponerse en riesgo se acerque a ellos.
Propilenglicol
Este anticongelante es mucho menos tóxico que el etilenglicol, al punto de que algunos lo consideran no tóxico. Su uso tiene lugar sobre todo en las situaciones para las cuales el anterior no es apto, como ser la industria gastronómica y las tuberías de los hogares.
El propilenglicol también actúa como agente aglutinante, y se usa en la fabricación de productos de cosmética, medicina y alimentación. La Administración de Medicamentos y Alimentos, una agencia gubernamental estadounidense que regula estos y otros mercados para garantizar la seguridad de los consumidores, avala este anticongelante en la mayoría de sus aplicaciones.
En otras industrias
Cabe destacar que, más allá de los motores, los anticongelantes pueden utilizarse en sistemas de refrigeración de diversas máquinas e incluso en ciertos alimentos procesados como helados y gaseosas (refrescos).