No se recomienda comer con aprensión.
TemasAlgunos ejemplos
Dado que no se trata de un término muy común en el habla cotidiana, a continuación presentamos tres oraciones de ejemplos parar verlo en contexto y comprender mejor su significado: «La verdad es que comí el almuerzo con aprensión ya que su aroma me resultó muy extraño y poco agradable», «Siempre tuve aprensión a los compromisos, pero cuando conocí a Mercedes, enseguida supe que quería casarme con ella», «Tu aprensión a los médicos no la entiendo».
Como se puede advertir en los ejemplos, la aprensión aparece si se pronostica una consecuencia perjudicial. La persona que almuerza con aprensión sospecha que la comida puede caerle mal. Una situación como ésta no es común en el propio hogar, si la persona encargada de la cocina es un familiar o amigo, pero sí puede ocurrir en un restaurante u otro establecimiento de tipo industrial, sobre todo si el comensal tiene algún problema de salud o es demasiado exigente con la calidad de la comida. Comer con aprensión no es recomendable, ya que el estrés puede causar una indigestión incluso si el plato no tiene nada de malo.
Con respecto al segundo ejemplo, aquel que tiene aprensión a los compromisos los rechaza por considerar que no lo harían feliz o bien por el miedo a lo contrario, a no ser capaz de hacer feliz a la otra persona. El plano emocional de los seres humanos es demasiado complejo como para definirlo, ya que cada individuo puede experimentar una misma situación de forma diferente. Hablando específicamente de la pareja sentimental, hay quienes parecen haber nacido especialmente preparados para casarse y convivir, pero también quienes nunca consiguen sostener sus relaciones por más de unas pocas semanas.
Por la aprensión a los médicos, posiblemente generada por miedo a un mal diagnóstico, un individuo puede dejar de ir a los centros de salud. La medicina es uno de los ámbitos ampliamente respetados por el ser humano, pero eso no significa que todos estén de acuerdo con su efectividad y tampoco garantiza la fiabilidad de todos sus profesionales. Basta que conversemos con diez personas para oír un gran número de historias lamentables que consiguen ahuyentar a más de uno del consultorio.
Prejuicio u opinión infundada
La aprensión, por otra parte, puede ser un prejuicio o una opinión infundada. En este caso, el término se suele emplear en plural: «No voy a prestar atención a tus aprensiones», «Las aprensiones de mi madre me tienen cansada», «El presidente volvió a evidenciar sus aprensiones».
La aprensión también puede ser un prejuicio o una opinión infundada.
Esta acepción es quizás más subjetiva que la anterior, aunque ambas hagan referencia a cuestiones que no surgen de la lógica o de pruebas materiales. No podemos evitar procesar los datos que recogemos de nuestro entorno haciendo uso de nuestras propias experiencias, y eso nos lleva a malinterpretar ciertas señales, a sentir miedo o desconfianza incluso cuando estamos a salvo. Desde fuera, en momentos como esos pueden creer que nos dejamos llevar por nuestras aprensiones, pero despojarnos de ellas no es fácil.
Aprehensión
Aprensión, por último, es sinónimo de aprehensión en el sentido de atrapar o capturar a alguien o algo, o a registrar algo a través de los sentidos o la capacidad intelectual: «El juez ya emitió la orden de aprensión» / «El juez ya emitió la orden de aprehensión». Dado que en nuestra lengua no suelen distinguirse los sonidos cortos o simples de los largos, estas dos palabras se pronuncian de la misma manera en la mayoría de los casos.
