El acto y consecuencia de apuntar recibe el nombre de apunte. El verbo apuntar, por su parte, se utiliza para hacer referencia a la acción de escribir o hacer notas sobre una determinada cosa o circunstancia; a resaltar algo en un texto para encontrarlo con más facilidad y rapidez; a añadir a una persona en un registro o listado; a tener a disposición a alguien para participar de acciones o prácticas grupales; o a disponer de armas de fuego.
La noción de apuntes, por lo tanto, puede servir para identificar las anotaciones que se dejan por escrito sobre una determinada cosa o situación. Por ejemplo: “¿Puedes prestarme tus apuntes? Quiero saber de qué habló el profesor en aquellas clases que me perdí mientras estuve enfermo”, “Ya leí el libro, ahora tengo que estudiar los apuntes”, “Escribí tan rápido que no entiendo mi propia letra en los apuntes”.
Apuntes en la educación, el periodismo y el teatro
Los apuntes son frecuentes en el ámbito educativo, en especial en las clases universitarias. Los estudiantes toman apuntes de lo dicho por el profesor a manera de resumen de cada clase. De esta forma, a la hora de preparar un examen, pueden acudir a sus apuntes para repasar los contenidos.
Los periodistas también suelen tomar apuntes durante las entrevistas o en la cobertura de una conferencia de prensa o de otro tipo de evento. Los apuntes, una vez más, sirven como ayuda memoria para poder retomar el tema en el futuro. En ciertos casos, los apuntes son un apoyo del material que se está registrando en algún otro soporte (grabación de audio, filmación, etc.).
En una obra de teatro, en tanto, los apuntes constituyen las expresiones de una persona (el apuntador) cuya función es recordar a los artistas participantes aquello que deben decir en escena.
Su importancia a la hora de estudiar
Saber escribir apuntes puede ser sumamente útil en el período escolar que abarca la educación media y la superior ya que, se podrá retener una mayor cantidad de conceptos en el cuaderno de estudios, los cuales podrán ser reforzados posteriormente eficazmente.
Es necesario señalar que para ello es primordial que a medida que el estudiante escribe en su cuaderno, sea capaz de analizar y comprender aquello que plasma para poder captar la idea limpia cuando deba recurrir a él para preparar un examen; no basta con escribir rápido, sino saber captar lo importante y escribirlo de la forma más sintética posible pero con resultados eficaces.
La diferencia entre hacer y tomar apuntes
Algunos especialistas en el estudio del proceso de aprendizaje, prefieren utilizar el concepto de «hacer apuntes» en lugar del de «tomar apuntes» pues creen que en él se expresa mejor la idea que esta acción conlleva. No se trata de que el alumno escriba todo lo que escucha, porque es imposible de llevar a la práctica, sino de captar la idea fundamental y ser capaz de contener en su cuaderno la información que el profesor está ofreciendo frente a la clase, de tal forma que al regresar al cuaderno para preparar un exámen, los apuntes tomados le sean útiles.
Si analizamos la idea de «tomar apuntes» podemos comprender que se trata de una acción pasiva, mientras que la de «hacer apuntes» entendemos que hay un proceso de elaboración; indica que se manipula la información de tal forma que ésta pueda quedar fija en el cuaderno.
Por último, cabe mencionar que para conseguir plasmar la información de forma concisa y útil existen muchas herramientas a disposición de los alumnos, las cuales deben ser escogidas teniendo en cuenta la capacidad de cada uno. En el caso de aquellos alumnos a quienes les resulta más fácil retener la información procedente de elementos visual, por ejemplo, les será sumamente útil utilizar colores y esquemas, para potenciar las horas de estudio.