Un astronauta es un individuo que está capacitado para tripular una nave espacial (un vehículo que puede salir de la atmósfera de la Tierra y volar en el espacio exterior). El concepto deriva del vocablo inglés astronaut.
Los astronautas, también llamados cosmonautas, deben contar con amplios conocimientos técnicos, pero también con un óptimo estado físico y con un esquema psicológico saludable para soportar las condiciones de vida en las aeronaves y en las estaciones espaciales.
Ejemplos de astronautas
La primera persona en trasladarse al espacio exterior fue un astronauta ruso: Yuri Gagarin (1934-1968). Este astronauta viajó el 12 de abril de 1961 en la nave Vostok 1, realizando un vuelo de 108 minutos.
Más allá del enorme logro de Gagarin y de las autoridades soviéticas, puede decirse que los astronautas más famosos de la historia son tres estadounidenses: Neil Armstrong, Buzz Aldrin y Michael Collins, tripulantes de la nave Apolo 11 que permitió la llegada del ser humano a la Luna. Armstrong, de este modo, fue el primer humano en pisar el satélite natural de la Tierra, seguido por Aldrin (Collins permaneció en la nave).
Efectos adversos para el organismo
Cabe destacar que las actividades que se desarrollan en órbita generan diversos efectos en el organismo de los astronautas. La ingravidez puede provocar náuseas, mareos y vómitos. Cuando la permanencia en el espacio es prolongada, los astronautas pierden masa muscular, su sistema inmunitario se debilita y experimentan trastornos del sueño, entre otras complicaciones.
En el espacio, por otra parte, los astronautas tienen dificultades para ejecutar con precisión ciertos movimientos, pueden padecer astenia (fatiga o debilidad general que vuelve difícil o imposible la realización de ciertas tareas que en otras condiciones son fáciles) y presentan muchas veces un estado de irritabilidad.
Entrenamiento del astronauta
Muchos niños sueñan con convertirse en astronautas. Sin embargo, así como otras de las vocaciones que aparecen durante la infancia, su puesta en práctica exige un trabajo muy arduo de preparación que tan sólo algunos pueden superar.
Llegar a ser astronauta no es imposible, sino muy difícil: Japón, Canadá, la ESA (Agencia Espacial Europea) y la NASA, entre otros países y agencias, seleccionan con mucho rigor a sus candidatos. Antes de decidirse a atravesar el entrenamiento, es necesario saber que existen dos categorías a las que podemos aspirar dentro de esta profesión: la de piloto y la de especialista.
A grandes rasgos, se pide a todos los candidatos que hayan cursado estudios universitarios, aunque cada especialista debe tener conocimientos específicos.
En Estados Unidos, los pilotos que trabajan en el ejército tienen prioridad por sobre los civiles a la hora de solicitar un puesto similar en la NASA. Deben contar con un mínimo de mil horas de vuelo en su hoja de servicios y tener una estatura superior a 1,63 e inferior a 1,93 metros.
Entre los títulos universitarios más comunes de los especialistas se encuentran los de ingeniería en física, biología, química y matemáticas. Además, es común la exigencia de un doctorado para garantizar el rango académico más alto posible.
Los requisitos físicos para desempeñarse como astronauta son una visión perfecta, un valor de presión arterial por encima de 14 y medir entre 1,49 y 1,93 metros. Con respecto a la edad, la franja es muy reducida, ya que comprende un rango que va desde los 27 a los 37 años (en el caso del programa Shuttle, el máximo es 35).
Sobra decir que el filtro es exhaustivo. Sin embargo, atravesarlo es tan sólo el principio: el entrenamiento que los aspirantes a astronauta deben seguir puede durar hasta ocho años, y comprende tanto una parte teórica como una práctica. Deben aprender conceptos científicos que les permitan entender y operar los diferentes dispositivos, así como aprender a moverse con efectividad en ambientes con gravedad cero.