Se denomina auditoría al análisis que se lleva a cabo de una situación, un estado o una actividad con el objetivo de establecer si cumple con los criterios o parámetros esperados u obligados. Puede indicarse que se trata de un control o revisión que permite realizar una verificación.
Administrativo, en tanto, es un término que proviene del vocablo latino administratīvus. Este adjetivo refiere a aquello vinculado a la administración: el acto y resultado de administrar (ordenar, dirigir o gobernar) o el conjunto de las oficinas y dependencias dedicadas a gestionar una institución o entidad.
La auditoría administrativa, de este modo, se orienta al estudio de la organización de una institución o empresa. Lo habitual es que se examine cómo se desempeñan los mandos directivos y de qué modo se aplican sus políticas, revisando sus efectos sobre el funcionamiento de la corporación en cuestión.
Qué es una auditoría administrativa
La auditoría administrativa investiga si los recursos se están empleando de manera correcta. Suele considerar el desempeño del capital humano, en especial de los responsables de la toma de decisiones.
Lo que hace la auditoría administrativa es inspeccionar el modo de organización y la estructura del organismo o la empresa. Este trabajo posibilita la detección de falencias en los procesos y de debilidades a nivel general.
En un sentido amplio, puede decirse que este tipo de auditoría ayuda a determinar si los directivos están actuando como se debe y si la estrategia es adecuada desde su concepción y/o aplicación.
Su desarrollo paso a paso
La auditoría administrativa se lleva a cabo a través de una serie de pasos sucesivos. El punto de partida, previo al desarrollo propiamente dicho, es la planificación. En este punto, se deben definir cuáles son los objetivos y cómo se trabajará para conseguirlos.
Luego, llega el turno de la obtención y el tratamiento de los datos. La información debe recolectarse según determinados parámetros y tiene que ser estructurada para favorecer su análisis.
Una vez reunidos los datos, se procede a su estudio y su evaluación. Finalmente, la auditoría administrativa se cierra con la presentación de las conclusiones.
Utilidad de la auditoría administrativa
La auditoría administrativa puede realizarse por diversos motivos. En ocasiones, se desarrolla a partir de una necesidad de la propia empresa, mientras que otras veces surge por un pedido externo.
Una finalidad habitual de estas auditorías es juzgar el rol de los directivos. El dueño de una firma puede encargar una auditoría administrativa para saber si los ejecutivos están cumpliendo con su tarea como corresponde. El resultado del análisis puede derivar en una modificación de las autoridades o en la implementación de cambios en ciertas áreas.
La auditoría administrativa, asimismo, puede ser un encargo exterior al momento de evaluar la posible compra o absorción de una compañía. En este marco, el potencial comprador quiere conocer detalles sobre la administración para evaluar la conveniencia de la operación.
Se puede señalar que la auditoría administrativa siempre es útil para estudiar, de manera integral y ordenada, el nivel de eficiencia de los procedimientos que se llevan adelante en una entidad en materia de administración o gestión.