Autosuficiencia es un concepto que, en la práctica, posee un amplio y diverso campo de aplicación. La definición de esta palabra da cuenta de la condición o capacidad de algo o alguien para abastecerse de manera independiente, por sí mismo. Es, por lo tanto, sinónimo de autoabastecimiento.
Existe, por citar una alternativa a modo de referencia, la autosuficiencia alimentaria, la cual apunta a un modelo de producción local de alimentos capaz de satisfacer la demanda nutricional de quienes están dentro de una misma nación o región. Los huertos urbanos, en este marco, contribuyen a la economía y a la calidad de la dieta de muchas familias, ya que invitan a consumir frutas o verduras cultivadas en el propio hogar.
La autosuficiencia energética, opción que le posibilita a alguien reducir su huella de carbono y valerse de energías renovables para cubrir las necesidades de una empresa o vivienda en materia de electricidad, es otra variante a las que se suman la autosuficiencia económica y la autosuficiencia emocional, por ejemplo.
¿Por qué es importante lograr, en múltiples aspectos, la autosuficiencia? Porque permite una evolución, un desarrollo o progreso marcado por la autonomía, la libertad y un poder de decisión personal que garantiza la «no dependencia» respecto a otro ser o sistema.
Bases de la autosuficiencia
Las bases de la autosuficiencia giran en torno al compromiso, la responsabilidad, la independencia y la capacidad de adaptación. Cada individuo debe fortalecer su autoestima e incorporar recursos (materiales, académicos, espirituales, etc) para poder hacerle frente a cada necesidad sin tener que solicitar asistencia ni esperar que un prójimo solucione un inconveniente.
También contribuye a la autosuficiencia el espíritu emprendedor, así como la voluntad y la decisión para asumir riesgos valiéndose por uno mismo sabiendo que hay chances de cometer errores y que el camino arrancado en soledad suele ser más largo y sacrificado que aquel que busca la cooperación y la unión de fuerzas en pos de un objetivo grupal.
Viviendas autosuficientes
Las viviendas autosuficientes se logran diseñándolas y acondicionándolas para que su abastecimiento y funcionamiento tengan un perfil independiente. En sus instalaciones, gracias a una arquitectura sostenible y la incorporación de dispositivos, mecanismos e innovaciones tecnológicas, se advierten prácticas beneficiosas para el planeta como sucede con el uso de energías alternativas o la adopción de sistemas de riego eficientes.
La eficiencia energética en el hogar es recomendable y necesaria porque permite el ahorro de dinero, valerse de manera independiente a la hora de obtener energía eléctrica y favorece al medioambiente.
Claro que, simultáneamente a las refacciones o inversiones para habitar en un sitio sostenible, hay que acompañar ese espacio con una vida sustentable que abarque desde un estilo de consumo responsable y una inclinación hacia el reciclaje hasta un esfuerzo que se traduzca en un nivel óptimo de reducción de residuos y una profunda conexión con la naturaleza.
Autosuficiencia al servicio de la alimentación
La autosuficiencia al servicio de la alimentación envuelve a un conjunto de prácticas relacionadas a la horticultura y a la agricultura, además de métodos responsables de crianza de animales destinados a la nutrición humana, procedimientos para una óptima conservación de alimentos y técnicas destinadas a la etapa de almacenamiento de comestibles.
Se favorece el estilo autosuficiente, por ejemplo, produciendo abono orgánico de manera casera mediante el compostaje y apelando a la permacultura, una filosofía con alcances sociales, políticos, económicos y agrícolas que propone un estilo independiente y sostenible para gestionar el agua, generar energía, manejar los desechos, producir alimentos, etc.
La agricultura orgánica, en tanto, es una modalidad que nuclea prácticas destinadas a obtener productos saludables mediante acciones que respetan a los agricultores pero también a la naturaleza ya que implica menor porcentaje de contaminación, rotación de los cultivos y suelos más fértiles.
Autoabastecimiento en la búsqueda de plenitud
En la búsqueda de la plenitud, una gran cantidad de individuos apela a costumbres, técnicas e iniciativas que dependan de uno mismo para llegar al resultado esperado. Si bien en cuestiones referentes a la salud siempre es aconsejable consultar a profesionales capacitados en medicina tradicional y seguir sus indicaciones, muchas veces se elige el sendero de la autosuficiencia para conquistar el equilibrio y obtener un bienestar integral.
Resulta clave, por ejemplo, hacer meditación y mindfulness si uno desea conectarse con su interior y efectuar un profundo trabajo interno de autoconocimiento, al igual que existen alternativas a considerar si se anhela una independencia financiera sólida y a largo plazo. Para abrazar el éxito al respecto es indispensable focalizarse en el desarrollo personal, empoderarse en cuanto a finanzas personales y ahorro, sobreponerse a las dificultades, fijarse metas, desplegar creatividad o espíritu emprendedor para ir creciendo laboralmente y encontrar la manera de autoabastecerse y confiar en las bondades de la autogestión. Es habitual, por describir algunas realidades a modo orientativo, que uno o más miembros de una misma familia realicen microemprendimientos para conseguir ingresos.
Elaborar y vender artesanías, hacer cursos gastronómicos a fin de ganarse la vida comercializando menús saludables de cocina casera o aprender a tejer con la intención de poner a la venta indumentaria, accesorios o adornos tejidos son maniobras que reflejan las ganas de valerse por uno mismo, gozar de autonomía y enfrentar el día a día con autosuficiencia.