Para que el aire sea de buena calidad es fundamental evitar (o combatir, de ser necesario), por ejemplo, la contaminación.
La calidad del aire es un asunto que desde hace décadas obliga a poner en acción y en alerta a gobernantes, expertos en salud, referentes de organismos y entidades que se vinculan con el bienestar social y a mucha gente común.
Es esencial, tanto a nivel individual como colectivo, adoptar medidas que contribuyan a disminuir lo máximo posible la contaminación del aire ya que hay múltiples factores que influyen en el tipo de aire que terminamos respirando los seres vivos.
A continuación, con el propósito de brindar datos de interés acerca de la temática mencionada en el título de este artículo, haremos foco en cómo se mide y monitorea el aire, cómo impacta la calidad de éste en la salud de los seres humanos y en el medio ambiente y cuáles son y qué particularidades poseen los contaminantes, entre otras cuestiones.
Temas
ResumenFactores que influyen en la calidad del aire
En la calidad del aire influyen muchos factores. Las actividades industriales, el consumo energético de los hogares y las emisiones de los vehículos son algunas de las fuentes de contaminación.
El uso de combustibles fósiles, las diminutas partículas en suspensión (PM2.5 y PM10), el humo surgido de los incendios forestales y los gases volcánicos también repercuten en qué clase de aire queda en cada ambiente.
Las partículas y los gases enmarcados en el grupo de los contaminantes climáticos de vida corta, asimismo, permanecen en la atmósfera por un periodo que va desde un puñado de años hasta una década y profundizan el calentamiento global, razón por la cual es necesario hacerles frente y combatirlos.
Modificar los hábitos nocivos que dañan al planeta; apostar por la sostenibilidad, poner en práctica acciones de reciclaje y aprovechar los beneficios de las tecnologías limpias para poder reducir individualmente la huella de carbono; y la preservación de los espacios verdes resultan de gran utilidad para minimizar o revertir los efectos de la contaminación del aire.
Usar combustibles fósiles, las emisiones de los vehículos y el consumo doméstico de energía generan que el aire se contamine.
Medición y estándares
A la hora de medir la calidad del aire de una determinada región se suele evaluar el nivel de partículas totales en suspensión, de dióxido de nitrógeno (NO2), ozono (O3), monóxido de azufre (SO) y de dióxido de carbono (CO2).
No se puede pasar por alto la importancia del Índice de Calidad del Aire (ICA), ya que al calcularlo se informa el grado de contaminación o de pureza que presenta el aire analizado. Aquellos que trabajan en base a estos datos y saben cómo establecerlo o interpretarlo detallan que la escala se inicia en el número cero y llega hasta el quinientos. Un resultado superior a cien se entiende como escasamente saludable, mientras que el aire más seguro entra en la categoría de 50 o menos.
Es necesario que a nivel internacional haya a disposición instrumentos y equipamientos adecuados para recoger información sobre la calidad del aire, así como también es recomendable que se incrementen la cantidad de estaciones de monitoreo y las mediciones por parte de distintos Estados.
De igual modo, en cada nación se tendrían que ajustar los criterios y las disposiciones para cumplir los estrictos estándares de calidad del aire planteados por la Organización Mundial de la Salud (OMS). El objetivo del organismo es conseguir la reducción de los impactos negativos que tiene el aire contaminado en materia económica y sobre la salud de los individuos.
Una mala calidad del aire atenta contra el bienestar social porque incrementa el riesgo de padecer numerosas enfermedades, especialmente patologías vinculadas al aparato respiratorio.
Cómo repercute la calidad del aire en el medio ambiente y en la población
Los esfuerzos dirigidos a lograr la máxima calidad del aire son de suma importancia porque de ello dependen en gran parte el estado de salud de los miembros de una comunidad, la conservación de ejemplares de fauna y flora y la realidad económica de un país.
Para proteger la biodiversidad evitando que se extingan ciertas especies y en miras a mantener el equilibrio dentro de los ecosistemas, por ejemplo, bajar los niveles de contaminación del aire es imprescindible.
No se puede desconocer tampoco que hay numerosas patologías de salud respiratoria que poseen un vínculo estrecho con el aire contaminado. Al condicionarse o afectarse el desarrollo pulmonar suben las chances de sufrir infecciones respiratorias, crisis de asma o enfermedad pulmonar obstructiva crónica (EPOC). Problemas bronquiales, alergias, padecimientos cardiovasculares y hasta algunos tipos de cáncer se asocian incluso a la exposición prolongada a una mala o baja calidad del aire.
Esta problemática, además, atenta contra la productividad laboral, obliga a invertir más en controles médicos y arruina terrenos, cultivos y hábitats ocasionando así enormes pérdidas económicas.
El aire, a nivel mundial
Gracias a las noticias que recorren el mundo por medio de Internet es posible mantenernos al tanto de la situación de cada superficie o poblado en cuanto a la calidad del aire.
En junio de 2023, por describir un caso puntual, se comunicó que en la ciudad canadiense de Toronto, producto de incontrolables incendios forestales, la calidad del aire llegó a considerarse como de «alto riesgo». Un reconocible olor a humo y hasta una neblina de tonalidad naranja, a raíz de esos fuegos que fueron extendiéndose, llegaron hasta a la localidad estadounidense de Nueva York.
En la poblada Yakarta (Indonesia), en tanto, los registros no suelen ser alentadores porque, al menos hasta hace unos meses, se la señaló como la segunda de las urbes más contaminadas del planeta, teniendo una muy mala y peligrosa calidad de aire.
Publicado por 
