El concepto de celda se utiliza de múltiples maneras. Puede tratarse de un aposento o de una de casilla, ya sea física o simbólica. Activo, por su parte, es algo que tiene capacidad de acción.
La noción de celda activa se utiliza en el terreno de la informática. En las hojas de cálculo, una celda activa es aquella que se encuentra abierta para la inclusión, la eliminación o la modificación de datos.
Características de una celda activa
También llamada celda seleccionada (o, en inglés, selected cell o active cell), estas celdas pueden distinguirse de las demás a partir de alguna referencia gráfica. Sus límites, en este contexto, suelen aparecer remarcados.
La celda activa, en definitiva, es aquella con la cual el usuario está trabajando. Tomemos el caso del programa Microsoft Excel. Las hojas de cálculo de este software se dividen en columnas (identificadas con letras) y filas (que se pueden reconocer por el número). Las celdas se ubican en la intersección de las columnas y las filas. Si ubicamos el cursor del mouse o ratón en la celda B3 (columna B y fila 3) y hacemos clic, se convertirá en una celda activa. Esto quiere decir que podremos agregar, cambiar o quitar datos.
Posibles operaciones
A partir de la celda activa, es posible desarrollar diversas operaciones. Una celda activa puede ser el punto de partida para la aplicación de una fórmula, por ejemplo. Cuando el usuario hace clic en otra celda, convierte esta nueva celda en la activa y provoca que la primera deje de estar seleccionada.
Uno de los puntos fundamentales que los usuarios que recién comienzan a dar sus primeros pasos por el mundo de la informática y, más precisamente, de las planillas de cálculo deben entender es que no toda celda seleccionada es una celda activa. La confusión puede surgir desde el momento en el cual aprendemos que una celda activa siempre debe estar seleccionada, sobre todo porque para ello existen varios caminos.
Seleccionar una celda significa incluirla en un rango con el cual deseamos hacer una o más operaciones bien determinadas; por ejemplo, una acción básica puede ser cambiar la alineación de su contenido, para lo cual es necesario seleccionarla y luego:
* ejecutar la función apropiada haciendo uso de un botón ubicado en una barra de herramientas;
* presionar una determinada combinación de teclas para activar un atajo;
* acceder a las opciones de alineación cliqueando con el botón derecho del ratón sobre la celda.
La celda activa y el rango
A medida que nos familiarizamos con un programa de planilla de cálculo, comenzamos a realizar tareas más avanzadas y complejas, y es entonces cuando la celda activa cobra una importancia mayor, en especial cuando se combina con una serie de celdas seleccionadas. Así como en el proceso de aprendizaje de las matemáticas en la escuela primaria, en este caso la suma y la resta son las primeras operaciones con las que nos encontramos, y pueden ser muy útiles.
Para sumar los valores de muchas celdas y almacenar el resultado en otra, las planillas de cálculo nos ofrecen funciones muy fáciles de usar, que consisten en indicar en la celda activa el nombre de la misma y el rango de celdas que deseamos sumar; a partir del momento en el que el usuario confirma dicho ingreso, esta celda mostrará el resultado de la suma siempre actualizado.
En la actualidad, lo normal es que los programas nos permitan seleccionar el rango de celdas que deseamos incluir en la operación con el propio ratón, es decir, a mano, mientras escribimos la fórmula; esto nos ahorra un poco de tiempo y puede ser más accesible a los usuarios menos experimentados. De todos modos, siempre es posible escribir los nombres de la primera y la última celda (por ejemplo «B3:J5»).